Por Derik Báez Torres

En los últimos días la mantequilla ha sido uno de los temas principales dentro de la agenda mediática de esta media isla y no por su sabor característico o su alto contenido calórico, ha sido más bien por el surgimiento de un supuesto científico de la economía, quien dice multiplicar el dinero como Jesús los peces y el pan en medio de su recorrido milagroso por la ciudad de Betsaida.

Wilkín García Peguero es el nombre real de este supuesto mago de las finanzas, quien ha ganado fama entre residentes del municipio de Sabana Grande Boya por “haber multiplicado” en tiempo récord y con porcentajes de ganancias financieramente injustificables el dinero de decenas de munícipes del ahora apodado “Dubái de Monte Plata”.

La necesidad e incertidumbre de la gente frente a los retos cotidianos, sumado a la poca educación financiera, han provocado que rápidamente se riegue la voz sobre este supuesto mesías financiero y acudan decenas de personas a esta localidad en busca de un milagro en sus finanzas a pesar de las advertencias de los principales agentes económicos y sobre todo, del más alto incumbente de la institución llamada a regular el sistema bancario nacional como lo es el Superintendente de Bancos, Alejandro Fernández.

Este caso ha evidenciado la necesidad de incorporar dentro del currículo educativo un programa de educación financiera que abarque desde la dinámica simple del manejo efectivo de nuestras finanzas personales, hasta los procesos complejos de multiplicación y permanencia de un alto capital económico.

El estudio de modelos económicos de estafa contribuiría a que las y los dominicanos y sus necesidades no confundan el Esquema Ponzi con el actor Carlos Ponce, ya que el primero fue un modelo de estafa ideado por el criminal Carlos Ponzi para sustraer grandes sumas de dinero bajo modelos piramidales sustentados en la multiplicación mágica del capital invertido, un esquema muy alejado de las actuaciones magistrales en novelas de televisa del segundo.

El conocimiento es el mejor medicamento para bajar el colesterol alto de la esperanza que deja el sabor ilusorio de la mantequilla, incorporemos la educación financiera y eliminemos el mal de raíz.