Cómo evitar ser damnificado emocional

Cómo evitar ser damnificado  emocional

Virginia Pardilla.

El paso de un fenómeno natural, provoca en los individuos y en las comunidades un estado de crisis, por un impacto que no era esperado y que puede amenazar su integridad física, emocional y/o su economía.

El efecto emocional  va depender de la magnitud de la situación o amenaza,

El miedo es una reacción normal ante el peligro y, si no es desmedido, ayuda a tomar medidas de protección. Pero si este miedo llega en grado excesivo, puede paralizarnos, produciendo crisis nerviosas a nivel personal y colectivo.

Cuando vivimos  desastres naturales,  tendemos a pasar por tres fases:

La primera es el pre-impacto, es decir, antes del evento, y es la que suele vivirse en fenómenos  naturales, como ciclones y huracanes que son anticipados con anterioridad; en esta fase es normal que las personas sientan miedo ante la amenaza creciente así como ansiedad y angustia. Sin embargo, se requiere que el sujeto  perciba la dimensiónreal del peligro, y que actúe para preveniro mitigar los daños.

La fase de impacto,segunda etapa, ocurre cuando  el fenómeno natural  afecta sobretodo a los más vulnerables. La última fase se vive posterior al desastre, y estará determinada por las consecuencias del mismo, así como las capacidades de resiliencia personales,  puede durar semanas, meses y hasta años. Durante esta fase suelen recibirse ayudas nacionales e internacionales, en un esfuerzo por reducir las consecuencias a largo plazo, sobre todo si se trata de un desastre que ha cobrado vidas y destruido las bases sobre las que descansa la seguridad personal y/o colectiva.

Enfrentar cada etapa del desastre va depender de la personalidad, salud  física y mental de cada individuo, así como del apoyo o facilidades que se les ofrezca .

Los factores más importantes que inciden en los efectos psicológicos sobre los individuos son: la magnitud de la amenaza, experiencias  frente a situaciones similares, apoyo de la comunidad, así como la edad de los afectados, siendo más vulnerables los niños y ancianos, por la forma de percibir el problema.

Durante las distintas fases, la negación es un mecanismo muy frecuente, que se manifiesta en la reacción inmutable de quienes se resisten a creer  la existencia del peligro y por consiguiente ignoran  los llamados de protección, se niegan a  abandonar las zonas de peligro y tomar medidas preventivas.  Es un mecanismo de defensa que nos hace negar el peligro antes que enfrentarlo,  muchas veces esta  reacción obedece al temor de  abandonar las pertenencias y el hogar, lo que aumentaría los niveles de ansiedad.

En otro extremo, se encuentra el grupo de personas que, por el contrario,están en estado de alerta excesiva y con hipersensibilidad ante el desastre y en consecuencias son más susceptibles a las falsas alarmas y rumores, y más sugestionables, debido a la intensidad de estrés y ansiedad que les genera la situación.

También existe  el grupo de personas que  se resisten a  recibir más estrés  y son percibidas como insensibles a la situación, estos buscan maneras de escape menos estresantes, son los que vemos jugando dominó, haciendo sancocho, entre otras acciones indiferentes ante la crisis.

Lo más importante es mantener la calma y accionar tomando medidas de precaución para proteger nuestra integridad física y emocional,  así como la  de nuestros seres queridos.