Cómo fijar límites en los hijos para crear entes responsables

Cómo fijar límites en los hijos para crear entes responsables

Qué padre o madre no quisiera que sus hijos actuaran con responsabilidad, en todo el sentido de definición anterior, para que crezcan como individuos seguros de sí mismos y con una sólida inteligencia emocional.

Por ello es tan importante que desde que nos los presta Dios para cuidar de ellos en esta vida actuemos coordinados, como pareja, para fijarles límites que les ayuden a crecer con valores auténticos.

El fijar limita la sensación de los niños a las ayudas seguras. Estos no sienten placer al  sentirse fuera de control.

Para que los niños crezcan y prosperen necesitan un hogar seguro, con  estructura. Los pequeñines y jóvenes requieren un patrón adecuado y sistemático de las tareas diarias: un horario para dormir, para tomar el baño, así como de una hora precisa para despertar.

Saber «qué sucede»  le dará sentido a las acciones que les sean propuestas al niño, logrando percibir un bienestar general. Sin demasiada rigidéz, los padres deben fijar un horario y velar por este.

Al principio, quizás puedan hacer resistencia a estos límites, pero en modo alguno significa que no se acostumbrarán o que debe suspender su aplicación. Sus “sí” deberán ser sí y los “no” debidamente mantenidos.  ¿Cómo puede una mamá o un papá cariñoso mirar  la carita dulce, tierna y pícara de su pequeña y negarle su petición?. Saber que la parte del desarrollo de un niño está empujando los límites en una tentativa de ganar independencia; sin dudas esta es la llave que abrirá la puerta de nuevas enseñanzas.

Si el padre tiene que  disciplinar,  y no lo hace, la familia sufrirá, por esto es importante que accione y no que deponga los límites, pues corre el riesgo de actuar como el caso clásico del perro  que menea la cola (dejarse manipular por el niño).

Un padre no le hace un  favor a un niño permitiéndole  un cambio de roles, es decir permitir que muchas veces el niño actúe como  adulto, logrando todo lo que quiere y el padre o la madre perdiendo toda autoridad sobre ellos.

Padres sí, amigos no.  Los padres deben ser cálidos, amar, confortar, mostrar tolerancia, paciencia,  comprensión, pero un tacto firme. 

Estableciendo y logrando cumplir esto, se convierte en el jefe, que puede establecer límites. Por ejemplo, limite cuánto tiempo los niños estarán mirando la televisión o tendrán acceso a la computadora. Los padres deben recalcar a los niños cuáles son sus derechos, y que es el padre el que está a cargo.

El fijar limita ayuda, construye el respeto  a los padres. Los límites también enseñan a los niños cómo fijar sus propios límites y a  cómo madurar. Aprender a establecer límites es una parte crítica del desarrollo humano.

Los niños necesitan entender sobre límites físicos y emocionales.  Los padres deben modelar el buen ajuste del límite, y discuter con los niños que fijando límites enseña a la gente cómo tratarlos.

Discuta con los niños la manera en la que tienen derecho de ser tratados.  Fijar  límites enseña a los niños a cómo protegerse físicamente y emocionalmente.

Los padres pueden explicarles cuáles son los límites físicos apropiados y a establecer su propio espacio personal, respetando el de los demás.

El sentido de límites físicos  para un niño es muy diferente al de un adulto. Observe a un profesor que lee a un círculo infantil; si el profesor no establece límites, algunos de los niños se sentarán literalmente como se les antoje o buscarán con avidéz el final de la historia, sin esperar el recuento del profesor; un adulto, sin embargo muestra más tolerancia. Ayude a los niños a leer las señales que la gente les da y a escuchar su propia voz interna, aquella que les dice cuándo se sienten incómodos con la proximidad de otra persona.

Los padres deben ser apacibles; la meta no es asustar a los niños ni alejarlos de la gente.  En lugar de esto,  la meta debe ser enseñar qué es socialmente aceptable en el orden  en que los niños puedan ser capaces de relacionarse bien y comfortablemente con otros niños y adultos.

Los límites emocionales son un concepto más difícil de enseñar.  Mucha gente entra  a la adultez sin entender cómo establecer límites emocionales sanos.  Los adultos que se sienten presionados por el trabajo, o que tienen esta sensación, aprovechada por los amigos y los parientes, no han aprendido a menudo cómo establecer buenos límites emocionales.

Los padres deben enseñar a sus niños a cómo comunicarse directamente y de forma honesta.

Los niños deben ser enseñados a tener dignidad y respecto por sí mismos, que no tienen precio y que son especiales.

Los padres no deben culpar a los niños por sentirse en determinados momentos enojados, tristes, afligidos, o frustrados. Una buena manera para que los padres modelen límites emocionales sanos es tomar con propiedad sus propias sensaciones.

Los niños actúan exactamente cómo se supone deberían  actuar; ellos no deben sentirse responsables de las emociones de sus padres, recuerden que ellos no son pequeños adultos, son tan sólo niños.

Los padres deben enseñar a los niños que la gente es responsable de sus propias sensaciones.

Los niños no deben ser cargados en la niñez, no hacerles pensar que su lata  es una parte normal de su comportamiento, esto conseguirá que sus padres sientan de cierta manera que han perdido el sentido del humor, enojándose y reaccionando alterados, afectándo las emociones del niño.

Y definitivamente los padres no querrán que las emociones de sus niños fueren desvirtuadas por sus propias actitudes, muchas veces mal manejadas. Cada uno debe tomar con propiedad y responsabilidad sus propias sensaciones.

Al enseñárles límites, se establecerán como buenos padres.  Los límites son un regalo enorme, un entrenamiento maravilloso del que se puede echar manos, un curso para la vida de sus niños, enseñar respeto y dignidad por uno mismo.

Modelar un buen comportamiento y tomar con firmeza el papel de padre conseguirá que estos satisfagan a sus niños con una autoridad equilibrada y preocupada por formar entes felices y  bien ajustados.

La clave

Fijar límites les ayuda a ser emocionalmente estables

Ver el resultado de los límites en los hijos, sin dudas proporcionan una profunda satisfacción por  criar, pues pueden llegar a convertirse en entes que sirvan de ejemplo positivo a otras familias en vías de conseguir este crecimiento.

Recuerden que la clave es  la moderación.

Como dicen los budistas: “si la secuencia de la guitarra es demasiado apretada se romperá. Si es muy floja no provocará  sonidos; los sonidos podrán percibirse una vez se encuentre el equilibrio de las cuerdas.

El dato

Enseñárles más allá

Ayude a los niños a leer las señales que la gente les da y a que escuchen su propia voz interna, a interpretar cuándo deben sentirse incómodos con la proximidad de otra persona y hasta dónde permitirles acceder a ellos.

Los padres deben ser apacibles; la meta no es asustar a los niños ni alejarlos de la gente, sino llevarlos a un plano en el que se sientan seguros de ellos mismos, de su entorno  y que sepan reaccionar apropiadamente a cada situación.

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