Tras los recientes casos en los que personas con presuntamente problemas mentales lanzaron piedras a vehículos, principalmente en el que viajaba el joven Joel Cabrera que murió tras el impacto, muchas personas se han cuestionado sobre qué ha pasado con el Centro de Rehabilitación Psicosocial Padre Billini, conocido popularmente como «el 28».
Para muchas personas, este centro ya no existía, sin embargo, según la gerente del lugar de acogida, Rosalba Holguín, este nunca ha dejado de estar en funcionamiento, sólo que desde hace un tiempo decidieron cambiar su metodología.
«Lo primero que debemos de destacar es que el Centro de Rehabilitación Psicosocial, que se conocía antes como el 28, nunca ha estado cerrado, que es algo que se escucha mucho en las calles, que ya no se da asistencia, sin embargo, lo único que ha cambiado es la metodología, ya no tenemos esa visión de manicomio o de depósito de personas, sino que quisimos ir adaptándonos a esta nueva ola de la salud mental», sostuvo Rosalba Holguín, gerente del Centro de Rehabilitación Psicosocial
En una rueda de prensa ofrecida en el Ministerio de Salud Pública, la doctora resaltó que a diferencia de antes, ya un paciente no puede ser llevado al centro para que sus familiares prácticamente se olviden de él, sino que ahora hay ciertos parámetros que deben cumplirse para que alguien pueda ser ingresado como paciente.
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«Ya no es como sucedía antes que la persona se llevaba allá y el familiar desaparecía, ya tenemos ciertos protocolos, debido a que nuestro objetivo no es quedarnos para siempre con una persona que es llevada al centro, sino más bien de reintegrarlo a la sociedad siendo alguien funcional y capaz de ser productivo en la sociedad», añadió la doctora.
La doctora especificó que el primer requisito para que estos pacientes ingresen al Centro de Rehabilitación Psicosocial es que sean previamente llevados a unidades de intervención en crisis, que están en los principales hospitales de Santo Domingo, y en algunas provincias como son Puerto Plata y San Pedro de Macorís. Además, la persona debería tener entre 18 a 60 años para poder ingresar al centro.
Manifestó que los pacientes deben primero ser llevados a los centros de crisis, porque allí se les hacen diversos análisis para verificar si realmente tiene problemas mentales y que necesitan ser ingresados en el centro. Indicó además que si la persona ciertamente tiene problemas mentales, pero pasa de los 70 años, son trasladados al Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (Conape), donde son debidamente tratados.
“Se realiza un levantamiento para saber si cumple con los criterios de ingreso en el Centro de Rehabilitación Psicosocial, para evaluar y darles asistencia, se reciben pacientes de todos los lugares, pero tenemos que cambiar el estigma de que estas personas no pueden integrarse a la vida familiar y sociales, debemos ser empáticos, con las personas que viven en la calle a veces por su decisión”, concluyó.