Nuestro corazón tiene cuatro estructuras principales: una aurícula y un ventrículo del lado derecho y del lado izquierdo. La sangre que no está oxigenada llega al corazón del lado derecho a través de venas cavas que entran a la aurícula derecha y luego pasa a través de la válvula tricúspides al ventrículo derecho. Este último la impulsa a través de la válvula pulmonar a la arteria pulmonar para que pase por lo pulmones para oxigenarse. De ahí pasa ya oxigenada a través de venas pulmonares a la aurícula izquierda y luego atravesando la válvula mitral llega al ventrículo izquierdo y es éste quien la impulsa a través de la arteria aorta hacia todo el cuerpo.

La insuficiencia cardíaca se define como la incapacidad que presenta el corazón para bombear eficazmente la sangre hacia los tejidos y órganos de todo el organismo. Esto quiere decir que no tiene la suficiente fuerza para llenarse y enviar la sangre hacia las diferentes partes del cuerpo que demandan oxígeno y nutrientes para mantenerse funcionando adecuadamente. A ésta entidad también se le denomina como fallo cardíaco. Y en el argot popular se le conoce como el “corazón grande”.

Representa un gran problema de salud a nivel mundial ya que millones de personas en todo el mundo la padecen y las incapacita de diversas maneras. Dentro de su principales causas está la cardiopatía isquémica (secuelas que deja un infarto cardíaco), la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, enfermedades valvulares, algunas enfermedades pulmonares y renales, las miocarditis y las diversas cardiomiopatías (post-parto, inducida por alcoholismo o drogas, anemias, hipertróficas y las idiopáticas).

La insuficiencia cardíaca puede ser tanto del lado derecho del corazón como del lado izquierdo o ser en ambos lados al mismo tiempo. Sin embargo, una no es mejor que la otra. Tanto los síntomas, como los signos y el tratamiento son muy parecidos y no dejan de ser igual de incapacitantes.

¿Cuáles son los signos y síntomas de esta enfermedad? Los principales síntomas que se pueden presentar son: la fatiga, la disnea o falta de aire y la retención de líquido son los principales signos y síntomas que nos deben alarmar sobre ésta enfermedad. Estos se deben a que el corazón pierda la función de controlar adecuadamente la cantidad de sangre que le llega. Esto altera el balance de fluidos del organismo y se va acumulando líquido en las piernas, abdomen y los pulmones. Si no es tratada a tiempo ésta enfermedad finalmente produce edema en todo el cuerpo, taquicardia, palidez marcada, dificultad respiratoria extrema, sudoración y frialdad de la piel y nos lleva al fallo de los demás órganos del cuerpo y la muerte.

Clasificación. La asociación del corazón de Nueva York la ha clasificado en cuatro grandes grupos principales:

Clase I: donde no existe limitación física aunque existe un daño estructural cardíaco. Clase II: existe leve limitación al ejercicio físico. Clase III: moderada limitación al ejercicio. Clase IV: severa limitación hasta con el reposo.