Cómo ganar una elección

Cómo ganar una elección

En el año 64 AC, Marcus Tullius Cicero, el más grande orador de la Roma antigua, decidió candidatearse para el cargo de cónsul, máxima posición en la República que para entonces gobernaba el mundo. Tenía cuarenta años, hijo de un rico comerciante de un pequeño pueblo al sur de Roma. Su padre se empeñó en que Marcus y su hermano, cuatro años más joven, Quintus Tullius Cicero recibieran la mejor educación posible, incluyendo estudios en Grecia al cuidado de los más grandes filósofos y oradores de su tiempo.

El gran Cicerón poseía una mente brillante; había defendido en las cortes romanas a personas de alcurnia y servido bajo las órdenes del padre del gran Pompeyo. Sin embargo, su familia no formaba parte de la clase alta, lo que en Roma, muy consciente de la estratificación social, representaba una barrera poco probable sobrepasar, aun en el caso de Marcus con enorme fama ya que había servido como prefecto y juez.

Así las cosas, Quintus escribió a su hermano: “Commentariolum Petitionis”, corto panfleto, donde le hacía recomendaciones para ganar las elecciones. De alguna manera y gracias a la magnífica organización del imperio romano, ese panfleto ha llegado hasta nuestros días. He conseguido la versión original y una traducción al inglés realizada por Philip Freeman algunos de cuyos puntos comparto aquí. Quintus le escribió:

“Asegúrate de tener el apoyo de tu familia y amigos. La lealtad comienza en casa, si tu esposa e hijos no están contigo, te será muy difícil ganar porque los votantes no te verán con buenos ojos. Además, los rumores más destructivos a una candidatura comienzan con familiares y amigos.

Rodéate de la gente correcta. Forma un “staff” talentoso en que puedas confiar. No podrás estar en todas partes al mismo tiempo, así que encuentra quien te represente como si ellos mismos estuvieran compitiendo por el cargo.

Reclama los favores que has hecho. Es tiempo de que gentilmente (o no tan gentilmente), le recuerdes a todo el que hayas ayudado que te deben. Si alguien no te debe favores, déjale saber que si te apoyan, tú estarás en deuda con él en el futuro. Y elegido estarás en buena posición para ayudarlo en su momento de necesidad.

Construye una amplia base de soporte. Para ti, Marcus, esto significa apelar a los tradicionales agentes del poder tanto en el Senado Romano como con la comunidad de ricos comerciantes.

Promete cualquier cosa a todo el mundo. Excepto en los casos más extremos, los candidatos deben decir lo que los oyentes presentes quieren oír. Di a los tradicionalistas que has apoyado los valores conservadores. Di a los progresistas que has estado siempre a su lado. Después de la elección podrás explicar a cada uno que te encantaría ayudarlo pero que desafortunadamente circunstancias fuera de tu control han intervenido.

Las habilidades en comunicación son esenciales. Recuerda que en Roma el arte de hablar en público es fundamental.

Conoce las debilidades de tus opositores y explótalas. Rumores de corrupción son alimento principal. Escándalos sexuales son aun mejores.

Alaba a los votantes descaradamente. Míralos a los ojos, dale palmaditas en la espalda, diles que son muy importantes. Haz creer a los votantes que te preocupas genuinamente por ellos.

Dale esperanza a la gente. Aun los más cínicos quieren creer en alguien. Dale a la gente la sensación de que puedes hacer un mundo mejor para ellos y se convertirán en tus más devotos seguidores.”

Marcus Tullius Cicero fue electo Cónsul de Roma.

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