¿Cómo hacen política monetaria los bancos centrales?

¿Cómo hacen política monetaria los bancos centrales?

La política monetaria puede concebirse como la manipulación de las variables financieras por parte de un Banco Central, con el objeto de lograr, en lo posible, el pleno empleo, la máxima producción, la estabilidad de precios y el equilibrio de la balanza de pagos. Ante todo, debe haber una selección de objetivos, basada en un balance realista de la situación del país.

Para ejecutar dichos objetivos las autoridades deben escoger los instrumentos más apropiados, fundamentados en una teoría económica definida, que comprende, a través de la teoría monetaria, los diversos efectos y relaciones de las variables financieras. Es indudable que los instrumentos por aplicar, y el grado en que se proceda, dependerán de las condiciones por las que atraviesan las economías, el desarrollo de los mercados financieros, el marco institucional en que se desenvuelven los bancos y la autoridad moral y técnica del Banco Central.

Por política monetaria se quiere significar las acciones del Banco Central destinadas a influir sobre las condiciones deseadas de los agregados monetarios, el crédito, y el comportamiento del dinero y sus sustitutos (es decir, la oferta del efectivo, depósitos en cuenta corriente, varios tipos de depósitos a plazo y otros instrumentos líquidos). Así, una política monetaria es restrictiva, si pretende disminuir o lograr una baja tasa de crecimiento en los agregados monetarios, tendiendo a elevar las tasas de interés y a disminuir la liquidez general de la economía. Cuando las metas sean las contrarias, se dice que la política monetaria es expansiva. Sin embargo, observando los resultados, no podemos afirmar que, porque las tasas de interés sean altas o bajas, la política monetaria sea restrictiva o expansiva o la causante de altos o bajos niveles de créditos.

A menudo se afirma que se debiera medir la política monetaria según la estructura vigente de las tasas de interés. Una política monetaria será «rígida» cuando las tasas de interés se mantienen altas, y «flexible» cuando se mantienen bajas. Debido a que las tasas de interés son los pagos hechos a una persona o institución por ceder, por un lapso, en el uso de sus fondos, podemos afirmar que las tasas de interés serán altas o bajas dependiendo de la ruta que se espera respecto a los niveles de inflación y las expectativas creadas con respecto al pasado reciente.

Selección de objetivos y fines

La formulación de la política monetaria requiere de tres elementos esenciales: (1) la selección de los objetivos; (2) la ejecución de las políticas; y (3) la teoría de la relación entre variables.

Es importante indicar que el objetivo de la política monetaria en un periodo dado puede diferir (y de hecho lo hace) de la de otro, ya que aquélla debe responder a la coyuntura económica en que se desenvuelve el país. Por ejemplo, en un período de gran inestabilidad, podría tratarse de resolver el problema preservando el nivel del tipo de cambio, aunque para ello haya que sacrificar un poco el crecimiento de la producción o programas del Gobierno. De ahí que la política monetaria parezca a menudo como contradictoria, cuando se comparan las de unos años con las de otros.

Para hacer política monetaria es necesario conocer antes la situación económica y financiera del país, especialmente en lo que se refiere al producto interno bruto, ocupación, balanza de pagos, precios y situación fiscal. Las proyecciones del caso suponen muchas veces la continuación de los hechos actuales, y se comparan con los objetivos o metas que se desean alcanzar. Finalmente, se determinan las acciones que se buscan lograr según los resultados se ajusten a los deseados.

La etapa de ejecución se refiere a la determinación y al uso de unos instrumentos que persiguen lograr aquellos cambios que proponen las autoridades monetarias. Dichos instrumentos son principalmente las operaciones de mercado abierto (a través de compra y venta de títulos públicos), adelantos y redescuentos (préstamos subsidiados del Banco central a los bancos múltiples, a través de cupos y tasas), el encaje legal (requerimiento legal de garantía bancaria), los topes de cartera a los bancos (límites al crédito y a los préstamos) y el manejo directo de las tasas de interés.

Igualmente, otro elemento esencial para formular adecuadamente una política monetaria en una economía consiste en la necesidad de que el Banco Central tenga una teoría explícita de las relaciones causales entre las variables económicas principales. Especialmente busca explicar las relaciones entre las variables de carácter financiero (que le toca influir), y las variables reales (por ejemplo, cómo afecta el volumen de crédito a la producción y a las importaciones, o a los precios). Esto último es importante, pues los bancos centrales actúan a través del mercado financiero, cuyas variaciones influyen indirectamente en los niveles de ocupación y producción.

Es reconocido también que no puede hacerse verdadera política monetaria sin contar con una teoría económica que la respalde. Esto tiene que ver con tomar medidas sin responder a un esquema de pensamiento definido en cuanto al impacto de las medidas en la actividad económica, lo que más bien da lugar a continuos cambios de dirección que, por ser erráticos, sólo pueden producir desconcierto e incertidumbre. Es por eso que la literatura económica refiere la necesidad de que se deba tener una idea clara de cómo determinadas acciones afectarán la demanda agregada, el empleo, los precios y las tasas de interés. Debe además tenerse presente plantear escenarios o alternativas, es decir, lo que hubiera sucedido si en lugar de ciertas acciones se hubieran tomado otras. La política monetaria no puede en ningún caso ser mejor que la teoría en que se base; si no se tienen claras las relaciones causales, o se tiene una idea equivocada de ellas, las medidas que se tomen, antes que resolver problemas o lograr ciertos objetivos, sólo contribuirán a agravarlos o a alejar la economía de las supuestas metas que se tenían.

Incidencia

Se dice que la influencia que puede tener la política monetaria en una economía se realiza a través de tres elementos básicos: (1) los ajustes de cartera; (2) los efectos sobre la riqueza privada; y (3) los efectos sobre la disponibilidad de crédito.

Los ajustes en los niveles de cartera son aquellos que nos dicen que las decisiones tomadas por las autoridades monetarias dan lugar a que, tanto las personas como las empresas, ajusten sus carteras de activos financieros (bonos, acciones, depósitos) y activos físicos (maquinaria o equipo) para producir, a su vez, efectos sobre el ingreso, el empleo, la producción y los precios. Un ejemplo de estos efectos se da cuando el Banco Central desea aumentar o disminuir el gasto total de la economía, con el fin de reducir la tasa de desempleo o el nivel de precios. El primer efecto de dichas medidas podría ser aumentar o reducir el dinero en manos del público. Esto conllevará a que los depósitos de los bancos cambien y, por lo tanto, produzcan también cambios en su capacidad de préstamos.

Así, un aumento de los recursos de los bancos que induzca a incrementar sus préstamos o sus inversiones en valores puede provocar que las tasas de interés que cobran al público disminuyan (ya que ha aumentado la oferta de préstamos) lo que igualmente se traduciría en menores rendimientos de los títulos valores. La baja en las tasas de interés en los préstamos, y la mayor disponibilidad de éstos, constituye uno de los principales efectos en el proceso mediante el cual la política monetaria influye en la actividad económica; en efecto cuando los bancos tienen más dinero que prestar y los intereses disminuyen, se produce un aumento en los gastos de inversión de las empresas que afectan la producción de bienes de capital y los gastos de los consumidores. Esto posibilita un aumento en el ingreso y en la producción de bienes y servicios, y una mayor utilización de los recursos económicos. Al aumentar el crédito bancario, por efecto del multiplicador, la economía provoca incrementos adicionales en los depósitos, permitiendo que el público ajuste sus tenencias de activos financieros, y puedan trasladar depósitos en cuenta corriente, a depósitos de ahorro, depósitos a plazo, etc. Es por eso que, ante una mayor disponibilidad de crédito, la velocidad de circulación del dinero en la economía tienda por tanto a aumentar.

Por su parte, el efecto de un aumento de la riqueza que ejerce una política monetaria tiene que ver cuando se produce un aumento en el valor de los títulos públicos (por ejemplo al comprar bonos) y, consecuentemente, se reduce el rendimiento. Se produce, de esa manera, un aumento en la riqueza, que va acompañado de un cambio en su composición. El aumento en la riqueza trae, a su vez, modificaciones en los niveles de consumo por parte del público y en los de inversión por parte de las empresas. Mayor consumo e inversión generan, consecuentemente, modificaciones en los niveles de producción, empleo y precios; es por esta razón que se dice que la política monetaria opera también a través de un «efecto riqueza».

Una política monetaria tiene efectos también sobre la disponibilidad créditos en una economía. Estos cambios se producen debido a las imperfecciones que se encuentran en los mercados financieros cuando los precios no logran igualar la oferta y la demanda. Es decir, cuando los excesos de demanda o de oferta se compensan según las diferentes consideraciones de los precios. Por ello es que se dice que la política monetaria tiene una influencia especial sobre la disponibilidad de crédito para ciertos sectores y, por lo tanto, influye en el financiamiento de sus gastos.

Podríamos decir que la incidencia que puede tener la política monetaria en una economía fundamentalmente actúa sobre la cartera de los bancos múltiples. Este nivel de «portafolio» bancario se ve afectado en su composición como consecuencia, tanto de la reacción que pueda tener el público a los cambios en los precios de los activos reales y financieros, así como en los rendimientos de dichos activos. Como resultado de esos ajustes, se alteran los niveles de ingresos y gastos en la economía y, por tanto, da lugar a cambios en las variables financieras.

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