¿Cómo impactan las olas de calor extremo a nuestro cuerpo?

¿Cómo impactan las olas de calor extremo a nuestro cuerpo?

El verano aún no ha llegado en el hemisferio norte y ya se ha producido la primera ola de calor y, con ella, los riesgos.

Las autoridades sanitarias advierten que las altas temperaturas que se darán en los próximos días pueden afectar la salud de las personas.

En el caso de España, la alerta por elevadas temperaturas se mantiene. La ola de calor, que empezó el pasado domingo, se mantendrá, cómo mínimo, hasta el sábado, según informa la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

En este clima caluroso, la recomendación es que se vigile de cerca a los más vulnerables, como las personas mayores, quienes corren más riesgo de sufrir un golpe de calor.

Esto es lo que necesitas saber sobre los efectos del calor en el cuerpo y cómo mantenerte fresco.

¿Qué le hace el calor extremo a nuestro cuerpo?

A medida que el cuerpo se calienta, los vasos sanguíneos se dilatan, se abren. Esto hace que tengamos una tensión arterial más baja y que el corazón trabaje más para empujar la sangre por todo el cuerpo.

Esto puede causar síntomas leves, como sarpullido con picazón o pies hinchados.

A la vez, empezaremos a sudar, y esto lleva a la pérdida de líquidos y sal y, de manera crucial, cambia el equilibrio entre ellos en el cuerpo.

Esto, combinado con la presión arterial baja, puede hacer que nos dé un golpe de calor o insolación. Los síntomas incluyen:

  • mareos
  • náuseas
  • desmayo
  • confusión mental
  • calambres musculares
  • dolor de cabeza
  • sudoración intensa
  • cansancio

Si la presión arterial baja muy rápido, aumenta el riesgo de ataques cardíacos.

¿Por qué nuestro cuerpo reacciona de esta manera?

Nuestros cuerpos se esfuerzan por mantener una temperatura interna de aproximadamente 37,5 °C, ya sea que estemos en medio de una tormenta de nieve o en una ola de calor.

Es la temperatura a la que nuestros cuerpos están acostumbrados a trabajar.

Pero a medida que el clima se vuelve más cálido, el cuerpo tiene que esforzarse para mantener baja su temperatura interna.

Es por eso que se dilatan los vasos sanguíneos más cercanos a la piel para expulsar ese calor y se empieza a sudar.

Conforme el sudor se evapora, la pérdida de calor es drástica y la piel se va refrescando.

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Cómo puedo mantenerme a salvo del calo

Las autoridades sanitarias dan algunos consejos al respecto:

  • Presta atención a aquellas personas que puedan tener dificultades para mantenerse frescas, como las personas mayores, personas con problemas de salud subyacentes o que vivan solas.
  • Mantén fresco el interior de tu casa cerrando las cortinas de las habitaciones a las que le da el sol.
  • Bebe mucha agua y evita el alcohol.
  • No dejes a nadie dentro de un vehículo cerrado, especialmente bebés, niños pequeños y animales.
  • Mantente alejado del sol entre las 11 de la mañana y las 3 de la tarde, cuando los rayos de sol son más fuertes.
  • Busca estar a la sombra, usa bloqueador solar que tenga un alto índice de protección y cubre tu cabeza con un sombrero o gorra.
  • Evita hacer ejercicio durante las horas más calurosas.
  • Lleva agua contigo si vas a desplazarte.
  • Sé consciente de los riesgos que pueda haber en caso de que decidas bañarte en un río o en aguas abiertas para refrescarte.
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¿Cómo puedo dormir bien por la noche?

Usa sábanas finas, y si eres de las personas que no puede dormir sin calcetines, mételos a enfriar en la nevera antes de ponértelos y sigue tu rutina habitual antes de acostarte, recomiendan los expertos.

Si el calor es muy intenso incluso de noche, usa un ventilador y abre las ventanas para que se creen corrientes de aire y se refresque la estancia.

¿Qué debo hacer si veo a alguien que sufre un golpe de calor o insolación?

Si la persona puede enfriarse y volver a una temperatura más baja en media hora, entonces el golpe de calor no es grave.

Las autoridades sanitarias aconsejan:

  • Muévelos a un lugar más fresco.
  • Haz que se tumbe y que levante los pies ligeramente.
  • Haz que beba mucha agua. Las bebidas deportivas o de rehidratación también son una buena opción.
  • Enfría su piel. Puedes rociarlos con agua, pasarles una esponja o trapo previamente sumergidos en agua fría o abanicarlos. Las compresas frías alrededor del cuello y de las axilas también son buenas.

Si después de haber hecho todo esto no se recupera a los 30 minutos, lo que sigue es una insolación.

Esto es una emergencia médica y debes llamar a los servicios de urgencias del país en el que te encuentres.

Las personas que sufren una insolación o golpe de calor dejan de sudar aunque tengan demasiado calor. Su temperatura pueden superar los 40 °C y podrían tener convulsiones o perder el conocimiento.

¿Quién corre más riesgo?

La vejez o algunas dolencias crónicas, como las enfermedades cardíacas, pueden hacer que las personas sean menos capaces de hacer frente a la tensión que el calor ejerce sobre el cuerpo.

La diabetes puede hacer que el cuerpo pierda agua más rápidamente y algunas complicaciones en esta enfermedad pueden alterar los vasos sanguíneos y la capacidad para sudar.

Los niños y aquellas personas que tiene menos movilidad también pueden ser más vulnerables.

Las enfermedades cerebrales, como la demencia, también pueden hacer que algunas personas no sean conscientes del calor o que no sean capaces de hacer nada al respecto.

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Las personas sin hogar también estarán más expuestas al sol.

Aquellas personas que viven en las partes superiores de los edificios también se enfrentarán a temperaturas más altas.

¿Hay medicamentos que aumenten el riesgo?

Sí, pero las personas deben seguir tomando su medicación con normalidad y hacer un esfuerzo extra para mantenerse frescas e hidratadas.

Los diuréticos, a veces llamados «píldoras de agua», aumentan la cantidad de líquidos que expulsa el cuerpo. Se usan bastante, incluso para la insuficiencia cardíaca. Con temperaturas altas, aumentan los peligros de deshidratación y los desequilibrios en algunos minerales que son clave en nuestro cuerpo.

Los antihipertensivos, que reducen la presión arterial, hacen un efecto que, combinado con la dilatación de los vasos sanguíneos por el calor, puede provocar caídas peligrosas de la presión arterial.

Algunos medicamentos para la epilepsia y el Parkinson pueden bloquear la sudoración y dificultar que el cuerpo se enfríe.

Otros medicamentos como el litio y las estatinas pueden volverse más concentrados y problemáticos en la sangre si hay una pérdida excesiva de líquidos.

¿El calor puede matar?

Solo en España, desde 2015 ha habido casi 12.000 fallecimientos atribuibles al calor, según los datos que ofrece el Instituto ed Salud Carlos III sobre exceso de mortalidad (Informe MoMo).La mayoría de estos fallecimientos suelen producirse por ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares causados a su vez por el esfuerzo del cuerpo de tratar de mantener estable la temperatura corporal.La evidencia sugiere que buena parte de las muertes se producen con las altas tempreraturas en primavera o a principios del verano, en lugar de darse durante el «pico estival».

Esto puede deberse a que, al principio, aún no estamos aclimatados y luego, conforme avanza el verano, adaptamos nuestro comportamiento del día a día, hábitos y vestimenta y nos acostumbramos a lidiar con el calor. La evidencia que hay de olas de calor anteriores es que el aumento de muertes ocurre de un modo muy rápido, dentro de las primeras 24 horas de la ola de calor.

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