Cómo impactan los dólares inorgánicos

Cómo impactan los dólares inorgánicos

Otra vez la Reserva Federal ha decidido imprimir una cantidad extraordinaria de dólares “inorgánicos” con el propósito de tratar de reducir el desempleo y aumentar la demanda efectiva en Estados Unidos. Pero el  efecto sobre nuestro país es importante.

Primero, porque crea expectativas de que el dólar se devalúe aún más y de una eventual inflación, lo que ha estimulado a los adinerados a invertir en “commodities”. Nos beneficia porque los precios internacionales del azúcar y el café han aumentado en 45% desde mayo y el oro está a niveles altísimos.

Pero también nos perjudica al haber subido el precio del trigo, el maíz, la soya y los aceites.

El petróleo ha subido menos de  6% desde inicios del año, pero ya está por encima del precio en que se basa nuestro Presupuesto de  2011, lo que implica que, de mantenerse, habría que buscar más recursos para subsidiar a la CDEEEE.

Si de aquí a finales de año no se aumenta el precio de la electricidad, como estipula el acuerdo con el FMI, entonces habrá que buscar aún más plata. Por suerte, el precio internacional del gas natural se ha reducido un 40% desde principios de año y éste ya produce un 28% de nuestra generación.

Pero las bajísimas tasas de interés que se pagan en Estados Unidos y en Europa están provocando un éxodo masivo de fondos de inversión hacia los países emergentes, en búsqueda de mayor rendimiento y de los beneficios de una potencial revaluación de sus monedas.

En lo que va de año, dados esos flujos, Costa Rica, Guatemala, Colombia, Perú, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay han visto revaluarse sus monedas.

En nuestro caso hemos tenido una pequeña devaluación, pero de llegar esos recursos para comprar obligaciones de nuestro Banco Central y nuestro Tesoro, corremos el riesgo de una revaluación, lo que afectaría nuestra capacidad de exportar.

Por otra parte, a los turistas de la zona del euro se les hace más caro venir a nuestro país, por la revaluación de su moneda  frente al dólar.

Sería juicioso poner parte de nuestras reservas monetarias en euros en una proporción equivalente a nuestro comercio y deuda con esa zona. 

Desde septiembre el dólar se ha devaluado 5% contra las principales monedas del mundo.

¿Hasta cuándo durará el boom de los “commodities”? ¿Cuán cerca estamos de la ruptura de la burbuja? No luce que será algo inmediato, por lo que los “dólares inorgánicos”, en términos netos, beneficiarán a nuestro país.

Pero así como la Reserva Federal  afecta  nuestra economía, también lo hace el Banco Mundial.  Desde hace un tiempo, e influenciado por una ex ministra de Hacienda nigeriana, que ahora ocupa allí una alta posición, ha intensificado su campaña en contra de la corrupción. Ya 45 contratistas de obras públicas que sobornaron a funcionarios de gobiernos con fondos de ese organismo han pasado a una “lista negra”. En nuestro país ese organismo internacional, junto con el FMI y el BID, han estado presionando al Gobierno para que reduzca la corrupción. El resultado ha sido reuniones y seminarios. El Gobierno ha publicado una lista de las leyes anticorrupción vigentes (muchas conforman parte de acuerdos previos con el FMI), el ministro de Hacienda ha criticado públicamente a quien esto escribe por haber dicho que en los préstamos externos con bancos privados hay corrupción, pero, lamentablemente, no se ha quitado a ningún funcionario malversador, cuya culpabilidad se evidencia simplemente analizando su estilo de vida y patrimonio.

Nos jactamos de altas tasas de crecimiento, baja inflación y altas reservas internacionales.  Ha llegado el momento de fijarnos más en niveles de analfabetismo y de mortalidad infantil y dónde quedamos en las evaluaciones internacionales sobre índices de corrupción. En el recién publicado Índice de Percepción de la Corrupción, preparado por Transparencia Internacional, aparecemos en el rango 101 entre 176, por debajo de la mitad de los países, en orden de menor a mayor corrupción.

Tan sólo 9 países de América Latina y el Caribe son percibidos como más corruptos que el nuestro.

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