El discurso del presidente Medina del pasado lunes 22 produjo efectos multiplicadores en la población, desde regocijo de sus opositores hasta tristeza de sus seguidores. Pero lo más importante es que ha dejado a sus opositores como dice aquel refrán de nuestros campesinos de “Como lechones sin mamá”.
Y es que todos de la oposición y organizaciones civiles habían estructurado sus ataques, artículos, documentos, intervenciones televisivas y con fines proselitistas de que Medina iba a buscar la reelección. Por esa razón hubo toda clase de ataques que impactaban diariamente en la persona del presidente que se mantuvo en silencio, generando toda clase de expectativas por varios meses hasta que llegó aquella famosa llamada del secretario de Estado norteamericano Pompeo participándole que debía respetar la Constitución y leyes dominicanas.
No hay dudas que esa advertencia del Imperio fue muy poco diplomática, pero necesaria para controlar la agresividad de una oposición, se quedaron en el aire y como lechones sin mamá, pues estaban preparándose para avanzar a otro nivel su agitada y agresiva oposición. Los dirigentes de las facciones opositoras sabían que no podían derrotar al presidente Medina si lograba modificar la Constitución. Y eso afectaba al presidente de su partido, que como principal opositor, desesperado y rabiosamente agresivo como algo muy alejado de su personalidad. Él era el más enconado rival que gritaba, manipulaba y financiaba para evitar una reforma que lo hubiese alejado de sus ambiciones de volver a ser candidato del PLD y ser electo por una cuarta vez a la presidencia. Existía la certeza de que el próximo presidente saldría de las filas de su partido. Ningún candidato de otro partido tiene posibilidades de lograr el triunfo incluyendo el del PRM, que con más posibilidades, podría dar una sorpresa.
Fernández, en su estrategia de aplastar a Medina, se ha valido de todos los recursos hasta el uso de medios internacionales para denigrar al país mientras sus huestes mantenían una agitada presencia en los medios que después del anuncio de Medina se han aplacado en su acelerada acción de descrédito. No hay dudas que la meta de Fernández es ser el candidato de su partido para seguirle los pasos al doctor Balaguer en sus frecuentes triunfos electorales de 1966 a 1974 y luego de 1986 a 1994.
Indudablemente, todos los sectores de oposición a una se agruparon para demostrarle al país que estaban en contra de una nueva postulación del presidente Medina. Por lo visto el no tenía rivales ni mucho menos dentro de su partido pese a que el presidente del PLD Fernández, realizando un enorme gasto de movilizaciones diarias hacia el Congreso, sostuvo una fiera oposición que lo llevó casia una confrontación provocadora de incidentes sociales muy graves.
Pero la cordura y el frío carácter de Medina supo sacudirse de las presiones a que estaba sometido por parte de sus allegados más leales así como amigos y asesores para no buscar una nueva postulación. Es previsible pensar lo peor con nuevos incumbentes en el poder a partir de agosto del 2020. Los avances logrados en la pasada década podrían derrumbarse con una nueva administración y con el temor de que se destruya el 911, el sistema del metro, la tanda extendida y el mejoramiento del sistema vial aparte del aporte recibido por los campesinos con las visitas sorpresas que les ha permitido progresar y ser entes apoyadores de la demanda que registran los consumidores.
Ahora mismo hay un reposicionamiento de las fuerzas políticas para cambiar la estrategia del discurso antirreeleccionista contra las aspiraciones de Danilo. Por lo tanto los políticos ambiciosos no tenían preparado un proyecto de crecimiento del país sino el ataque despiadado que como un disco rayado le hacían cotidianamente a Danilo sin este dar muestras de sus pretensiones. Por lo cual los políticos, incluyendo sus compañeros de partido, están como lechón sin mamá desorientados, huérfanos e incapaces de articular una campaña que los ayude a posicionarse en la competencia electoral. De esa manera tendrían posibilidades de alcanzar posiciones para negociar acuerdos con los potenciales ganadores. Los aspirantes más fuertes y de mayor poder económico por la fortaleza de sus partidos se considerarían como los más seguros presidenciables. Recuérdese que los políticos tienen por costumbre descartar lo que su antecesor iba haciendo bien y entonces introducen nuevos programas más costosos e inefectivos y dejan abandonado lo que su antecesor iba realizando para la buena marcha del país. El monumento a fray Antón de Montesinos es un vivo ejemplo del rechazo de los políticos a lo que lleva a cabo su antecesor y eso permitió que el mismo casi se destruyera por más de 35 años sin atención hasta que el alcalde del Distrito Nacional procedió a su rescate en una responsable acción cívica de su gestión bien encaminada hasta la fecha.