En la actualidad, el reparto de las tareas del hogar es uno de los principales motivos de conflictos en las parejas. La situación en algunos casos llega a posturas tan irreconciliables que puede derivar en divorcio. En las últimas décadas hemos ido incorporando considerables avances tecnológicos a nuestra vida y las mujeres se han integrado en el mundo laboral. Sin embargo, en muchos aspectos, la sociedad sigue comportándose como si nada hubiera cambiado. A las mujeres se les sigue exigiendo desempeñar en exclusiva los papeles que venían realizando cuando el mundo era otro: cuidado de los hijos y de la casa. En muchas familias se intenta impartir un modelo más igualitario en lo que se refiere a las tareas domésticas, pero en la sociedad sigue imperando una clara diferencia a este respecto. Todos, hombres y mujeres están inmersos en la misma cultura. Por eso, no es recomendable ponerse en posiciones rígidas e irreconciliables. El cambio es lento, pero hay que hacerlo juntos, cooperando, dialogando y desterrando frases como: Anda hija, tráele agua a tu hermano.
[b]Jornada laboral ¿de cuántas horas?[/b]
El trabajo del hogar, al igual que los otros, ha sido objeto de estudio. Las investigaciones se han centrado en el nivel de estrés que genera y el grado de bienestar o satisfacción que proporciona.
También se han realizado estudios comparativos entre las trabajadoras a tiempo parcial (que trabajan también fuera de casa) y las trabajadoras a jornada completa (trabajan exclusivamente en casa). Los resultados reflejan que factores como la independencia económica y la realización personal hacen más saludable la dedicación a tiempo parcial, aunque también más estresante, debido a la sobrecarga del trabajo, lo que quiere decir que las amas de casa a jornada completa no padezcan situaciones de estrés, además de baja autoestima, dependencia económica y sentimiento de escasa realización personal, por no hablar de las señas de identidad de este tipo de trabajo: rutina, variabilidad de tareas, soledad, esfuerzo físico, cambio constante entre reflexibilidad y rigidez de actuación, interrupciones, responsabilidad, ausencia de compensación económica, escaso reconocimiento social, implicación afectiva en el trabajo, jornada interminable, jubilación inexistente.