El sueño, los ejercicios físicos y la correcta nutrición son elementos vitales para el buen funcionamiento del cuerpo humano. Es fundamental dormir las horas necesarias, que el sueño sea continuo y profundo, para garantizar una estabilidad física y emocional.
Tanto los niños como los adultos pueden presentar dificultades para tener un sueño prolongado, profundo y reparador. En la infancia, es muy frecuente que el sueño se vea afectado por miedos que le impiden al niño relajarse lo suficiente, así como por pensamientos que les hacen sentirse inseguros.
Una manifestación habitual del miedo que puede presentar el niño a la hora de dormir, es la resistencia a costarse en su cama, esto suele preocupar a sus padres, lo cual esentendible. En esos momentos nos preguntamos si es normal que tengan miedo y qué hacer ante tal situación.
En ocasiones como padres nos resulta difícil convencer al niño para que se acueste solo y ponderamos la posibilidad de permitirle dormir con nosotros. Muchas veces los padres piensan que al permitirle al niño dormir con ellos los están beneficiando, pues creen que así tendrán más tiempo para darse y recibir cariño.
Además creen que con este consentimiento les ayudan a superar sus miedos, sin darse cuenta
que con esto están lacerando la capacidad del niño para desarrollar su independencia y
autonomía.
Dormir en la cama de papá y mamá, en ocasiones afecta el desarrollo normal del sueño en el niño. Puede producirle insomnio o menos horas de sueño, ya que al compartir la cama no existe el espacio necesario para sus movimientos nocturnos. Además el movimiento de los adultos puede interrumpir su sueño, al igual que los posibles
ronquidos, luces que se prenden en la habitación y otras situaciones que afectan la calidad del sueño del infante.
Sin embargo, la pena por el llanto del niño al estar solo en su cama lleva a los padres a consentirlo permitiéndole dormir con ellos; no obstante, lo recomendable es hacer de la habitación del niño un espacio agradable y seguro, donde él desee estar a la hora de dormir.
Los niños deben tener una rutina del sueño previamente establecida con horas mínimas reglamentarias y un patrón de horario para irse a la cama.
Según expertos, los niños deben dormir, de acuerdo a la edad hasta 18 horas diarias. Cuando son bebés de cero a dos meses hasta 15 horas diarias, entre los dos meses y el año de edad 13 horas diarias, entre los dos y cinco años de edad hasta 12 horas diarias cuando se trata de un niño que tiene entre cinco y 12 años.
Otra situación frecuente que lleva a los padres a permitir que los niños duermen con ellos son las rupturas o separaciones de pareja, lo hacen como una manera de compensar la ausencia del conyugue que se ha ido. Es lamentable que en ocasiones sean los padres quienes fomenten en los niños el dormir con ellos, como una forma de
superar el proceso de separación más fácil y en un menor lapso de tiempo.
Cuando la pareja está unida, es importante conservar la intimidad de la habitación, ya que esta mantiene el vínculo fortalecido. Además de que a nivel familiar se le ayuda al niño a internalizar la posición de la díada parental y su propia posición como hijo dentro del sistema.
Qué hacer para acostumbrar el niño a dormir solo.
Es importante recordar que el sueño es un hábito que se forma con una rutina
adecuada.
Si se trata de un bebé, es importante que duerma en su cama o en su cuna no en
brazos de papá o mamá
Si el niño siente miedo, investigue porque y a que le teme.
Póngale un pijama cómodo.
Establézcale una hora fija para acostarse.
Trate que las siestas de la tarde no pasen de 45 minutos.
Evite que el niño consuma azúcar cerca de la hora de dormir.
Acuéstese con él en su cama con la luz prendida y converse sobre lo que hay en la habitación, luego realice el mismo ejercicio con la luz apagada.
Asegúrese de que la habitación esté silenciosa y tenga una temperatura agradable.
Nunca menosprecie el miedo de su hijo ni le reste importancia.
Acompáñelo a su cama los primeros días hasta que se acostumbre, cuéntele una historia y quédese con él hasta que se duerma.
Póngale una luz alterna bien tenue en su habitación, para que al apagar la luz principal no quede totalmente a oscuras.
No lo regañe, ni castigue por no dormir en su cama.
Si el niño se levanta en la madrugada y se pasa para la cama de sus padres, lo recomendable es siempre devolverlo para su habitación con amor y firmeza.
Ambos padres deben ponerse de acuerdo para hacer lo mismo.
Entre los tres y cinco años de edad los niños pudieran tener pesadillas, propias de ir conociendo el mundo y su proceso de maduración emocional. Ante esto debemos apoyarlo, hacer que se sienta comprendido, pero invitarlo a dormir en su
cama.
Es normal que los niños quieran dormir en la cama de los padres para recibir amor, compartir el olor de sus progenitores le da paz. Lo recomendable es compartir ese espacio en un momento diferente a la hora de dormir. La autora es psicóloga y educadora, directora y fundadora de MLC SCHOOL.