La entrada de los pequeños al preescolar o jardín infantil es un momento trascendental tanto para ellos como para sus padres. Este evento le abre un mundo nuevo al niño lleno de cambios y diferentes experiencias.

Muchas veces es difícil para él aceptar que pasa de ser  el centro de atención de sus familias para ser parte de una comunidad escolar,  explica Claudia Simó, psicóloga y directora de   Formación & Apoyo.

“El inicio a la vida escolar puede parecer muy emocionante, principalmente para los padres, quienes se llenan de orgullo tirándoles fotos para capturar ese importante  momento,   donde usan uniformes por primera vez para ingresar ‘al mundo del saber’.  La realidad puede ser muy diferente  para los niños, que en muchos casos experimentan ansiedad, miedos, sensación de abandono… y se evidencian cambios en sus rutinas de alimentación y sueño.

Es importante que los padres generen una plataforma con condiciones específicas que ayuden a sus pequeños a tener una buena experiencia”, señala la especialista en la conducta humana.

Es recomendable, dice Simó,  que previo al inicio de clases los padres trabajen el apego,  para que  el niño se sienta seguro de estar lejos de sus padres y explorar autónomamente. “También facilita la transición si el niño ha sido expuesto a otros  de edad similar a la de él, con quienes haya tenido que socializar, por ejemplo en pequeños encuentros familiares, en el  parque, o en algunas clases de estimulación o natación”.

Indica que los padres tienen un rol muy significativo en la aceptación que tendrá el niño ante este nuevo evento, por lo que es importante que los padres tengan un buen manejo de sus emociones y se muestren seguros del centro educativo que han elegido y de todo lo concerniente a las rutinas y reglas establecidas por el centro. Si el padre evidencia mucha ansiedad por la separación que representa este hecho, el mismo aunque sea de manera inconsciente se la transmitirá a su hijo y no lo ayudará a sentirse seguro.

“Ya dentro del plantel escolar es recomendable que el padre entre con el niño al salón que le corresponde, que  paseen juntos dentro del mismo, le enseñe donde guardará sus pertenencias, que el padre toque algunos de los objetos que allí se encuentran y se los muestre a su hijo motivándolo a explorar”, aconseja.

Además,  cuando tengan el encuentro con su maestra,  es bueno que el padre o madre le dé la mano como muestra de aprobación.  “Debe despedirse con tranquilidad e informándole a su hijo que regresará a buscarlo”.