Consultar una y otra vez el peso corporal es una rutina que se generaliza cada vez más, debido a que muchas veces bajar de peso es difícil, pero mantener cuesta aún un poco más.
Al respecto, el portal web On Salud publicó un artículo titulado «Cómo mantener un buen peso», donde comparte los siguientes tips:
1. Respetar la frecuencia de las comidas es lo ideal, por lo que recomienda comer regularmente, hacer cuatro comidas.
2. Incluir alimentos de cada grupo. Por ejemplo, hidratos de carbono como cereales enteros o integrales, así como utilizar los que poseen bajo índice glucémico, es decir los que al ingerirlos se absorben y degradan lentamente.
Incluir alimentos con almidón resistente (papa cocida con cáscara y enfriada o spaguetti al dente), que no pueda ser degradado por las enzimas presentes en el intestino humano.
Frutas y verduras: consumir por lo menos cinco porciones. Brindan volumen al menú y proporcionan saciedad.
Lácteos: se ha comprobado que la leche, y particularmente la descremada, posee múltiples elementos que la tornan un excelente complemento para adelgazar.
Proteínas: las de las carnes son excelentes para realizar un plan de adelgazamiento sustentable por ser muy saciógenas e incrementar el gasto metabólico corporal.
3. Evitar comer sin hambre y controlar el deseo por algún alimento en específico, ya que muchas veces se ingieren porciones demás.
4. Aprender a armar un ambiente “seguro” para comer. Si algo no se puede manejar porque nos gusta demasiado, lo comemos en la confitería, en el bar o, de lo contrario, compramos sólo una unidad, que empiece y termine.
5. Identificar los «disparadores». Los humanos estamos expuestos a disparadores de descontrol alimentario que están en el medio ambiente habitual. Y también existen disparadores internos, emocionales, que hacen comer sin hambre.Suprima, dentro de lo posible, estas señales disparadoras de descontrol o picoteo.
6. Jerarquizar el placer. Producto de tanto “dietismo”, la comida se ha transformado en un enemigo, en un elemento prohibido, lo cual la vuelve generadora de deseo y descontrol. Lo importante es legalizar los alimentos preferidos. Si los volvemos cotidianos, podremos bajar el deseo por ellos.