Cómo multiplicar la inteligencia de su bebé

Cómo multiplicar la inteligencia de su bebé

Puede imaginar lo maravilloso que fuera que su niño(a) de 12 meses pueda aprender a leer, hablar otro idioma y dominar las matemáticas, incluso mejor que usted y que al año y medio sea capaz de pintar, reconocer las banderas, los continentes , los paises, las provincias, o… bueno, cualquier otra cosa que usted sea capaz de presentarle de una manera sincera y concreta.

No crea que lo que le estoy proponiendo es un sueño, o que talvez me estoy burlando, por que quizás su hijo(a) ni siquiera hable claramente. Pues le tengo la buena noticia de que todo eso es posible y no es complicado, solo se necesita la orientación adecuada y organizar el tiempo optimamente, para que su bebé sea un pequeño genio.

Cuando se enseña a un niño a pequeño todas estas cosas con alegría, con amor y con respeto, su inteligencia se multiplica. y lo mejor de todo es que cuando los padres que aman y respetan de verdad a sus bebés les otorgan el don del conocimiento y de la capacidad, los niños son más felices, más amables y más cariñosos que otros a los que no se le han otorgado estas oportunidades.

Y esta demostrado. Los niños más competentes son los más autosuficientes. Son los que tienen menos motivos para lloriquear y los que tienen más motivos para sonreír, tienen menos motivos para pedir ayuda, menos necesidad de pegar a otros niños y más motivos para hacer cosas.

Cuanto más jóvenes somos, más fácil nos resulta recoger datos y mantenerlos. La mayoría de las personas creen que cuánto mayores nos hacemos más listos nos volvemos y eso no es cierto.

Aunque le parezca dificil de creer, los niños no tienen sabiduría. Los bebés no nacen con sabiduría ni con conocimiento.

Al nacer, la capacidad de absorver datos se eleva como la lanzadera espacial, cuando despega un transbordador en la base Cabo Cañaveral (casi en línea recta), y como este mismo cohete, esta capacidad, después de haber alcanzado gran altura, siguiendo una línea cada vez más desviada de la vertical, adopta rápidamente un rumbo paralelo al suelo.

Hacia los seis años, la ascensión ha terminado casi por completo. La curva de la sabiduría, por su parte sube muy despacio, y hacia los seis años apenas ha alcanzado a aparecer, en realidad .

De modo que la capacidad de aprender sube como un cohete y después decae rápidamente, mientras que la sabiduría asciende despacio. Estas dos líneas se cruzan a los seis años.

En este punto, la capacidad de los niños para absorver información sin el más mínimo esfuerzo ha desaparecido para toda la vida, y el desarrollo significativo del cerebro ya casi ha terminado. se ha convertido practicamente en lo que va a ser. No obstante, su sabiduría no ha hecho más que empezar a desarrollarse. Seguirá creciendo a lo largo de casi toda su vida. Qué y cuánto puede aprender exactamente en estos seis primeros años preciosos?. Todo lo que tiene importancia.

Es más fácil enseñar a un niño de un año que enseñar a un niño de siete?

En efecto, es mucho más sencillo enseñar a un niño de un año. La lectura no es más que aprender un número elevado de datos llamados palabras, y ya hemos visto que es mucho más fácil que enseñársela a un niño de siete años.

Para enseñar a un niño de un año a que entienda una lengua por el oído sólo existen tres requisitos. La palabra debe ser alta, clara y repetida, pues la vía auditiva de un niño de un año no está madura.

Todas las madres han hablado siempre a sus niños, por instinto y por intuición, con voz fuerte y clara y siempre les han dicho las cosas repitiéndoselas : “VEN CON MAMA”; y el niño va con su mamá. En realidad este es el medio por el cual madura la vía auditiva que llega hasta el cerebro. El proceso tiene una naturaleza neurofisiológico. Es exactamente el mismo proceso por el que se aprende el mensaje por el oído. También en este caso existen tres requisitos. el mensaje debe ser grande, claro y repetido. Lamentablemente esto no se ha hecho, pues los textos con que pretendemos que nuestros niños aprendan a leer por lo general son de tipografía pequeña y secuencia abrurrida.

Es fácil hacer de un bebé un genio antes de que cumpla los seis años y es muy divertido, tanto para el bebé como para sus padres. Por desgracia resulta dificilísimo hacer de un niño un genio después de que tenga seis años de edad.

Los seis primeros años de vida tienen un valor precioso e inapreciable.

Si durante sus primeros seis años de vida no se le encierra en su cuarto y no se le trata como si fuera idiota, sin hacerle caso, saldrá un tanto bien parado. Será capaz de aprender un poco por su cuenta; aprenderá todo lo que se puede aprender acerca de su pato de goma y aprenderá a base de escuchar a las personas que lo rodean. Cuando tenga seis años estará muy por debajo de la media de los niños de seis años y tendrá un coeficiente intelectual (CI) verdadero inferior a 100.

Si se le trata exactamente cómo se trata al término medio de los niños, acabará exactamente siendo un término medio. En suma, tendrá seis años de edad intelectual cuando tenga seis años de edad cronológica. Eso es lo que significa ser un término medio. Su CI será exactamente de 100.

Si usted comprende los principios del desarrollo del cerebro de su hijo, tratará a su hijo en esos seis primeros años vitales de una manera totalmente diferente o como lo trataría sin comprender esos principios.

Esto es así con independencia de que usted siga o no un programa organizado y constante de lectura, de matemáticas o de conocimientos generales.

En tal caso, su hijo debería alcanzar la capacidad propia de los seis años cuando tuviese cuatro años de edad cronológica. Así pues, su CI sería de 150.

Un libro que les quiero recomendar si quieren alcanzar todas estas metas con sus hijos es “Cómo Multiplicar la Inteligencia de su bebé”, de Glenn y Janet Doman, del editorial EDAF. Si usted logra leer este libro y lo entiende de verdad, y trata a su hijo de una manera completamente diferente durante esos seis años fundamentales de vida y también le enseña a leer y a adquirir unos conocimientos enciclopédicos y a dominar las matemáticas, entonces debería alcanzar la capacidad propia de los seis años de edad cronológica como máximo, y entonces tendría un C.I. de 200, o de más, en función del tiempo cronológico que le falte para cumplir los tres años cuando alcance ese sexto año fundamental de edad intelectual.

Les motivo para que sean firmes y decidan construir el futuro de sus hijos siguiendo estos consejos y para que no les quepa duda, me despido citando a Thomas Dreier, cuando dijo: “ Una cosa que han descubierto los científicos es que los niños que reciben alabanzas con frecuencia se vuelven más inteligentes que los que reciben reproches con frecuencia. Las alabanzas contienen un elemento de creatividad. Recueden que si el niño siente placer al hacer algo, lo aprenderá automáticamente. Esa es la clave y no olviden que nada, aunque lo parezca, resultará difícil para que lo aprendan sus genios en potencia”.

[b]Todos los niños pueden llegar a ser genios[/b]

Todos los niños nacen con la capacidad de cumplir con todos los requerimientos de este innovador programa, inclusive, aun aquellos que presentan algun tipo de autismo y en casos extremos retrazo mental, bien llevados pueden igualmente cumplir con algunos de estos requerimientos.

Es bueno apuntar que niños de tan solo dos años pueden ser iniciados en cualquier tipo de instrumentos, no importa la dificultad aparente qu e los mismos tengan, si se llevan las recomendaciones del programa, sin dudas quedarån encantados y sorprendidos.

[b]Recomendaciones para los padres[/b]

Si se decide por llevar a cabo el proyecto de multiplicar la inteligencia de su bebé, debe tener en cuenta:

1.- No lo oblige a nada.

2.- Haga que vea el conocimiento como entretenimiento.

3.- No quiera cumplir los sueños que no pudo cumplir en sus hijos, ellos son personas independientes y como tales requieren redpeto por sus propias ideas e inclinaciones artísticas y profesionales.

4.-Simplemente descubra las actitudes de sus hijos y ayúdeles a crecer y desarrollarlas.

5.-Recuerde que esta labor será ardua, pero dará unos frutos maravillosos e invaluables.

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