Como pompas de jabón

Como pompas de jabón

BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
Los datos estadísticos son importantes, pero los números y porcentajes no revelan el drama social que viven los pueblos.

A comienzos de la década de 1970 el Banco Central publicó (cito de memoria) una «Hoja de balance de alimentos en la República Dominicana».

Conforme a los resultados de aquella encuesta sobre consumo de alimentos, el pueblo dominicano comía millones de huevos, millones de libras de arroz y otros millones de plátanos, yuca, otros víveres y no recuerdo cuántos miles de libras de carne de res, etc., etc.

Siempre reduzco las cifras a la unidad. Cuando me hablan de millones no me deslumbran porque como no los he tenido no he podido contarlos. Lo que sí estoy seguro es de haber tenido uno. Sostengo, desde siempre, que lo más importante en matemáticas es introducir a los niños en el conocimiento y la práctica de las cuatro reglas: sumar, restar, dividir y multiplicar y una vez dominadas esas reglas, enseñar la regla de tres. Después…

Esas reglas elementales no sobran y hacen falta en muchos casos, como por ejemplo cuando se va la luz y la secretaria o el auxiliar no sabe sumar a mano o dividir una cifra de ocho dígitos.

El bombardeo de datos estadísticos y de cifras sin contenido es brutal.

Los números se emplean para engañar, en un ejercicio difícil de digerir. Aunque es cierto que he visto poco y que sé mucho menos, nunca antes habíamos sido sitiados por tal cantidad de información sin significado real, contenida en números con los que se intenta, y a veces se logra, sorprender a muchos incautos.

Tomé la «Hoja de balance de alimentos» publicada por el Banco Central e hice una serie de operaciones simples, sencillas: dividir, tantos millones de libras de azúcar, entre tantos millones de personas, entre 365 días del año y los resultados fueron penosos. En los más casos los resultados arrojaban que un pollo debía ser dividido entre 20 personas.

Sería bueno ver el consumo de alimentos en la actualidad.

Algunos funcionarios se ufanan de llenarse la boca con datos, cifras, proyecciones, sacadas con un tallo de lechosa de un jarrito de agua de jabón para formar burbujas que se lleva el viento y que no se convierten en alimentos, en energía eléctrica, en educación, en salud.

Se trata de jugar con cifras, llenar la boca de babosadas y en un ejercicio de quiromancia continuar el engaño al pueblo con palabritas aprendidas al vapor y florituras propias de la siembra de demagogia.

Mientras, el país carece de lo que necesita: seguridad, energía eléctrica, producción agropecuaria, educación, salud y un largo rosario de etcéteras que vuelan por lo aires como pompas de jabón. ¡Basta ya de mentiras!

El progreso se traduce en salud, educación, trabajo, energía eléctrica, agua, créditos blandos a los sectores productivos.

Mientras, sus cifras de crecimiento son puros espejismos.

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