Las relaciones de amistad son fundamentales en el desarrollo intelectual, afectivo y social de las personas a lo largo de todo el ciclo vital.
La amistad es uno de los valores más importantes a desarrollar en la educación de los niños. Se trata del afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece mediante las interrelaciones entre los seres humanos.
Así lo explica la psicóloga familiar Indhira de la Cruz, del Centro de Aprendizaje y Psicología (CAP).
“Para que el niño aprenda sobre el valor de la amistad es necesario formarle con nociones, conocimientos, habilidades, emociones, vivencias, sentimientos, y que le preparemos para vivir con armonía y respeto”, indica.
De la cruz señala que los niños deben saber quién es un buen amigo y por qué, cómo se comportan los buenos amigos, y cómo mantener una buena amistad. Deben aprender que un buen amigo puede ser para siempre, y que para eso es necesario cultivar y alimentar la amistad, día tras día, en la escuela, en el parque, en el vecindario, etc.
“El contacto con los iguales hace con que el universo del niño sea aún más grandioso y rico. A través del otro, el ni puede aprender mucho del mundo y de sí mismo”, asegura la especialista.
Indhira de la Cruz destaca que ya sea en el papel de padres o de maestros, es importante guiar a los niños para que puedan entablar lazos de amistad, encontrar un buen amigo, y no solo eso, sino también mantener esa nueva amistad. “Los niños, por su propia naturaleza, disfrutan mucho de los juegos con otros niños, y esto es una clara señal de que es capaz de generar una amistad”.
Generalmente, cuando empiezan su educación inicial o primaria, los niños comienzan a elegir sus amistades más selectivamente, por lo general, de acuerdo a afinidades de juego. “Es este el momento en que padres y educadores deben fomentar a que estas relaciones sean más profundas y duraderas.
Además, el establecer y conservar amistades es muy importante para el desarrollo social y emocional de los niños, por lo que es de vital importancia que las buenas amistades puedan llegar a la adolescencia”, recomienda la psicóloga.
Según la etapa. La especialista en conducta humana indica que las relaciones de amistad evolucionan a lo largo del ciclo vital, por lo que en cada una de las etapas del individuo se producen ciertos cambios.
En Preescolar (3-7 años), los niños poseen una perspectiva egocéntrica de la amistad. “Las amistades se conciben como interacciones momentáneas y esporádicas”.
En la etapa Escolar (7-12 años), “la amistad se define por la cooperación y la ayuda mutua. Las amistades se conciben como relaciones más duraderas que en la etapa anterior”.
En cambio, en la adolescencia (12- 17 años), la amistad se convierte en una relación duradera y menos frágil que en la niñez.
“El adolescente en su proceso de formación de su identidad, busca estructuras, actitudes y comportamientos en el grupo de amigos para ser aceptado en el grupo social y sobre todo para validar su autoestima y su concepto de sí mismo”, señala Indhira.
Efectivamente, dice De la Cruz, la amistad en este ciclo de vida es de suma importancia, ya que ayuda en la construcción de las habilidades sociales, en el enfrentamiento de crisis y sentimientos comunes y ayuda a la definición de la autoestima y el status.
La psicóloga concluye que de esta manera, el joven logra incorporar las relaciones sociales y sus esquemas, comprendiendo de esta manera la importancia del orden, la autoridad y la ley. “La relación con los amigos es más sincera, ya que hay un verdadero interés por su valor personal, incluyendo la ayuda y el sacrificio, si es necesario”, asegura.