MARTIN WOLF
Reforma y apertura” ha sido el mantra de China por más de tres décadas. El resultado no ha sido solamente el nacimiento de una nueva súper potencia económica, sino el de una economía mundial altamente integrada. Entonces, una gran pregunta sería ¿cómo podría China  usar su influencia? Es una pregunta que yo presenté en un discurso en el Foro de Desarrollo de China   celebrado en Beijing este año. Mi argumento fue que China ha logrado la grandeza y ahora tiene la responsabilidad con el empuje del sistema global sobre ella.

Este gigante es ahora el mayor exportador del mundo y el segundo mayor importador (después de E.U.), a menos que la Unión Europea sea tratada como una unidad. Esta tiene el mayor comercio del mundo y la actual cuenta de superávit y posee un tercio de las reservas de divisas mundiales. Su flujo de ahorros es el mayor del mundo. Es el mayor importador de muchas materias primas y la que establece los precios de muchos productos. La influencia de China es, en pocas palabras, tanto dominante como creciente. Sin embargo, es también un país en desarrollo dirigido por un partido comunista. Esta es una combinación sin precedentes.

China necesita desarrollar su propia visión de cómo usar su influencia. Para hacer eso, tendrá que comenzar una definición de sus intereses y objetivos nacionales. El enorme interés de China radica,  digo yo, en un estable, pacífico y cooperativo ambiente económico y político a nivel global. Sólo en dicho mundo puede China esperar sostener un rápido desarrollo.

¿Cómo puede China lograr su objetivo? En términos generales, sería mejor logrado por medio del desarrollo adicional de las normas, institucionalmente basada en el sistema global. La alternativa obvia sería un arreglo jerárquico, con China en la cumbre. Pero yo temo que tal enfoque  dirigiría a conflictos inmanejables con otros grandes poderes. Con esta idea en mente, consideremos el comercio, pagos, finanzas y recursos.

Como el creciente poder del comercio del mundo, China es el sucesor natural de E.U. como guardián del sistema de comercio abierto. Es importante, por esta razón, que China respete todas las normas y principios del sistema y juegue una parte importante en desarrollarlo adicionalmente. China podría jugar un rol en llevar la interminable ronda Doha a cierto tipo de conclusión. Esta tiene un progresivo interés en proteger su propia propiedad intelectual y, por esto, un interés que coincide en asegurar su propia adherencia a estas normas. China también tiene un fuerte interés en proteger sus crecientes inversiones directas en el extranjero.

Es por ello que esta podría promover normas sobre protección de la inversión extranjera directa. Finalmente, como un comerciante global, China tiene fuerte interés en asegurar que los pactos de comercio regional que esta crea sean compatibles con las normas globales.

En cuanto a los pagos, la cuestión se refiere a los desafíos inmediatos creados para China y sus socios por su enorme comercio y actual cuenta de superávit. Felizmente, la misma China reconoce que el resultado ha demostrado ser localmente desestabilizador. Chen Demin, ministro de Comercio de China, recientemente ha establecido que el objetivo ahora es “estabilizar las exportaciones, expandir las importaciones y reducir el superávit”. Además,  “se espera que las importaciones crezcan más rápido que las exportaciones este año. La acción del superávit comercial en el producto interno bruto puede estar por debajo de un 3.1%, más bajo que en el 2010”, agregó. Verdaderamente, el superávit comercial de China, aunque todavía es enorme, es aproximadamente la mitad de lo que era antes de la crisis.

Seguramente China reconoce que la acumulación de enormes demandas oficiales de “seguros” sobre pasivos extranjeros debe ser combinada con el suministro correspondiente. Desafortunadamente, la demanda ahora se reúne a través de desestabilizar el déficit fiscal y externo en Estados Unidos. China podría ayudarse acelerando la liberación de flujos de capital e incrementando la flexibilidad de la tasa de cambio.

Además, China necesita desarrollar una estrategia para la reforma del sistema monetario global que se ajuste con sus intereses en el manejo de la interfase entre su desarrollo local y la estabilidad global. Un movimiento deseable sería hacia la coordinación del manejo de tasa de cambio con otras economías emergentes orientadas a la exportación. Es también de interés de China asegurar una acomodación pragmática con sus socios en la discusión dentro del Grupo de 20 principales economías. Esto podría enfocarse en los indicadores de desequilibrio, métodos de ajuste y provisión de liquidez para países en dificultades.

En cuanto a las finanzas, los objetivos de China deben ser: primero, crear un sistema local capaz de apoyar su propio desarrollo económico; segundo, ayudar a promover un sistema global que apoye una economía mundial tolerablemente estable y, tercero, proteger lo primero de los excesos de lo último. Para lograr esta difícil reconciliación, las políticas de China deben ser guiadas por el entendimiento de que, en el largo plazo, su sistema financiero será el centro de las finanzas globales. Sin embargo, la transición a la integración total no sería sólo largo, sino también complejo e intrincado, con la integración total de la banca particularmente peligrosa.

Finalmente, observemos el acceso a los recursos. Por primera vez en su larga historia, China es dependiente del acceso a las importaciones de los materiales crudos industriales. Ya es el mayor importador del mundo de la mayoría de materiales crudos. Para China, la política en esta área es potencialmente de la mayor importancia. Esta ha decidido, muy razonablemente, usar su capital barato y trabajar para asegurar este fin. Eso no está solamente en los propios intereses de China, sino en los de otros consumidores. Desde que los recursos tienen precios globales, cualquier incremento en el suministro es para el beneficio de todos los consumidores.

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Convenios con los países pobres

No obstante, sería útil si un consenso pudiera alcanzarse en términos de inversión y de comercio en recursos naturales. Un objetivo podría ser asegurar que los países exportadores de materias primas, particularmente los pobres, con limitada capacidad de gobierno, se beneficien de la inversión extranjera y de las exportaciones de recursos naturales. China será un jugador central en asegurar tales convenios. Por encima de todo, el mundo necesita estar de acuerdo en que el principio subyacente debe seguir siendo el de libre comercio en los mercados mundiales abiertos. Los precios necesitan ser fijados en la competencia global con, por supuesto, la posibilidad de contratos a largo plazo.

Mientras China crece, su impacto sobre el mundo se expande exponencialmente. Esta debe conciliar lo imperativo de su rápido desarrollo con la necesidad de poner atención total a su impacto sobre el mundo. Esta tendrá que desarrollar su propia agenda, una que asegure sus objetivos vinculados al rápido desarrollo en casa y a la estabilidad en el extranjero. No será fácil. China no tiene alternativa.

Efecto dominó se siente a lo largo de la economía global

P. Smith, Song Jung-a,  y Jeremy Lemer  en Sydney ,  Seúl Y Nueva York.

La reacción en cadena provocada por el terremoto de Japón está comenzando a fomentarse en muchos sectores de la economía global justo cuando las compañías comienzan a pasar balance.

Delta Air Lines, el mayor operador de Estados Unidos para Japón, dijo que reduciría la capacidad en las rutas por alrededor de un 15% a un 20% en respuesta a la caída en la demanda y que estaba esperando un golpe en los ingresos de entre US$250 millones hasta US$400 millones en  2011.

Delta se volvió una de las primeras aerolíneas en cuantificar el impacto del desastre. Japón asciende casi a un 6.5% del tráfico aéreo global, generando ganancias de cerca de US$62.5 millardos en el 2010, más de un 10% de las ganancias industriales en total.

 Las aerolíneas de Estados Unidos están particularmente expuestas, al igual que los viajes de E.U-Japón que representan aproximadamente un 17% de las ganancias del área.

Un acuerdo de adquisición para el explorador de uranio Mantra Resources que casi colapsó cuando la crisis nuclear de Japón se desarrolló, ha sido resucitado después que el objetivo listado en Australia aceptara un 12% de reducción en términos de efectivo hasta A$1.02 millardos (US$1.03 millardos).

Las acciones en Mantra bajaron un 28% el pasado martes cuando ARMZ, el quinto mayor productor de uranio del mundo y una unidad propiedad del Estado de Rusia de nombre Rosatom, una compañía de energía nuclear, retiró un acuerdo de adquisición valorado en A$1.16 millardos que fue acordado tres meses antes.

Sam Walsh, jefe ejecutivo de la división de hierro de Río Tinto, dijo que el impacto del terremoto podría perjudicar sus planes de expansión en el caso de que fueran interrumpidos los suministros de equipos pesados usados por el sector minero.

 “Obviamente compramos una serie de cosas en Japón”, dijo Walsh.

“Hasta el momento las respuestas que hemos conseguido es que no hay otro impacto significativo sobre nosotros, pero estas cosas son complicadas”, agregó Walsh.

Los fabricantes de barcos surcoreanos han solicitado a Posco, el fabricante de acero del área, que incremente la producción de platos de acero en caso de una posible escasez de Japón en lo que respecta a partes claves.

Los fabricantes de barcos están buscando un extra de 200,000-300,000 toneladas de acero de Posco, dijo un vocero de la compañía.

“Seriamente estamos considerando su solicitud”,  agregó.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA