Sus pataletas pueden desesperar a cualquiera, no son capaces de compartir con sus hermanos o amiguitos, no reparan en mostrar su agresividad en cualquier lugar, no hacen caso ante los regaños y refutan cualquier advertencia de reprimendas…
¿Se identifica con lo antes manifestado? Posiblemente usted tenga en casa un niño agresivo.
La psicóloga Lorraine Isa explica que es natural que los niños reaccionen de manera agresiva frente a diferentes emociones que no saben manejar. Detalla que es por esto que necesitan unos padres pacientes y amorosos que les ayuden a entender la emoción que están experimentando y les enseñen diversas maneras de gestionar dichas emociones.
El reaccionar de manera iracunda ante las conductas del niño les enseña a resolver problemas de esta misma manera. El aprendizaje por imitación funciona como un espejo; el niño repite lo que observa en cualquier escenario, así sea un comportamiento positivo o negativo”, advierte la terapeuta.
Señala que para ayudarlos a manejar la agresividad es necesario interpretar cuál es el sentimiento que se esconde tras la conducta inapropiada de su hijo (enojo, tristeza, impotencia), normalizar dicho sentimiento mirándole a los ojos y diciéndole que está bien sentirse enojado porque tiene que dormirse, porque le apagaron la televisión, por la razón que se presente; para luego, poco a poco, con afecto y palabras de empatía ayudarlo a regular los niveles de agresividad.
“El niño que no obedece, es porque no ha aprendido a hacerlo, podemos olvidarnos de que ellos saben lo que tienen que hacer y cómo tienen que hacerlo para dedicarnos a enseñarles. Para esto, en lugar de repetir la orden, intente acercarse a su hijo, explíquele lo que debe hacer. Es probable que el niño (como está aprendiendo) no obedezca, y una forma efectiva para que lleve a cabo esa orden es retirando el estímulo que lo esté distrayendo (televisión, juguetes, tablet) y llevarlo de la mano a obedecer”.
A medida que la técnica se lleve a cabo reiteradamente el niño reconocerá la voz del adulto y la asociará con la acción inmediata, dice Isa.
Hablar y accionar. La especialista de la conducta expresa que a los hijos se les debe hablar una sola vez; luego, hacer junto a ellos lo que se les ordenó. De esta forma el niño comprende que debe respetar y hacer lo que se le dice.
¡Inténtelo! Esta es una de las estrategias más eficaces para enseñarles a obedecer.
“Si siente que no es capaz de controlar los impulsos agresivos antes de corregir a su hijo o se queda corto de estrategias de disciplina para lograr un desarrollo saludable en su hijo, entonces es momento de buscar ayuda”, concluye diciendo la psicóloga.