Vivimos tiempos difíciles, inciertos y de alejamiento y más que nunca es necesario celebrar el amor, estar agradecidos de la compañía y regalarnos ese tiempo de calidad con esa persona amada.
La situación sanitaria nos tiene restringidos, pero no es excusa para lograr una velada romántica en casa y de manera agradable si nos esmeramos en crear esa atmósfera especial.
Lo primero es enfocarnos en trabajar de forma sensorial, que podamos percibir esos matices de amor con los cinco sentidos.
Empieza por lo visual, ubicando un espacio donde estén a gusto, retira todo lo que pueda estorbarles y ayúdate de las mesas auxiliares para colocar bocadillos, bebidas o esas cositas especiales que vas a poner.
No tiene que ser una producción de escenografía de teatro, es cuestión de apartar ese espacio para una velada dedicada a ustedes con artículos cotidianos y mucho amor.
Puedes usar el balcón y crear un picnic con cojines y mantas o la terraza y el patio donde pueden estar a la luz de las estrellas.
Si no es el caso, cualquier rincón puede convertirse en un nido de amor si mueves algunos muebles como la mesa de centro de la sala o hacer a un lado el comedor y claro, siempre la habitación no habla de intimidad, pero quizás empezar en un lugar inesperado les ayude a volar la imaginación y salir de la rutina.
El secreto para crear ese espacio para dos está en los detalles, si hablamos de romance tenemos que hablar de la iluminación, que sea acogedora, si optas por la luz natural, el atardecer es un momento ideal. Para trabajar la luz artificial a tu favor, trata las luces de bajo voltaje o cubre con pañuelos o telas las lámparas de mesa, así logras una luz suave.
Las velas son sinónimo de romanticismo y no deben quedarse en ese rincón bonito que van a disfrutar, además de la atmósfera cálida y esa sensación de intimidad, te puede ayudar a crear senderos si es que vas a usar más de un espacio en casa y para resaltar eso que quieres que llame la atención, como un regalo.
Para colocarlas sin miedo a dañar alguna superficie, coloca las velas en envases de cristal, vasos y floreros son ideales.
Para motivar el tacto cuida las telas, cojines, mantas o sábanas, que estén limpias y que sean agradables al tocar, usa diferentes texturas para crear sensaciones distintas y la experiencia sea estimulante.
La música es un extra en lo concerniente a los ambientes románticos, una selección de sus canciones favoritas, esas que cuentan su historia y los momentos especiales. Prepara ese playlist con antelación y cuida el volumen para que puedan conversar y por qué no, incluye alguna que puedan bailar.
Para completar los sentidos no puedes olvidar los aromas, difusores y velas aromáticas te ayudan a crear ese ambiente relajante para los dos; busca esas esencias que enamoren y se sientan, pero ojo, solo un aroma, pues si mezclas cítricos y maderas o florales puedes cargar mucho y no sentirse agradable.
Con los detalles decorativos puedes jugar según la idea que tengas para ese rato en pareja. Si planeaste una cena en el comedor y tu rincón será para relajarse y escuchar música con cojines y almohadas sobre una manta o alfombra rodeada de velas, será ideal.
Puedes probar con servir el postre en ese espacio especial con una mesita auxiliar o una bandeja decorada para la ocasión con dulces y bombones. Flores para dar ese toque de romance, ya sea en floreros o pétalos, fotografías de ustedes o guirnaldas o instalaciones de luces led.
Ya sea que uses el balcón, la terraza o un rinconcito en la sala, la habitación o el baño donde pueden compartir un baño relajante, prepara con cuidado todo lo que vas a necesitar para que llegada la hora simplemente disfruten el momento, unas copas de vino o champan sin olvidar la champañera o donde colocar la botella, si son unos canapés pues toca servirlos bonito, servilletas y bandejas, sales y aceites corporales, si la velada termina en el baño o la habitación, todo a la mano.
Nuestro hogar es nuestro refugio, nuestro nido de amor, el mejor lugar para pasar un San Valentín íntimo y lleno de detalles, a usar la creatividad para pasar en casa una velada de verdadero placer.