Se debe bajar la informalidad laboral y promover políticas corporativas que hagan sentir a los empleados que para progresar no es imprescindible cambiar de empleo.
Ya sabíamos que la alta rotación laboral encarece los costos laborales para las empresas, por los costes que involucra en los temas de selección, de formación y de adaptación.
También sabíamos que la alta informalidad tiene una gran incidencia en la alta rotación laboral.
Pero ahora también sabemos, según los resultados de un estudio reciente, hecho países de América Latina –Argentina, Brasil, Chile, Ecuador y México y que aplica también para la República Dominicana, que a largo plazo la alta rotación laboral puede aumentar las desigualdades salariales.
Esto así porque si bien es cierto que los cambios de empleo pueden brindar beneficios a corto plazo, particularmente a los más jóvenes, los trabajadores que cambian de roles con frecuencia tienden a experimentar un crecimiento salarial promedio más lento con el tiempo y dado que los trabajadores no calificados cambian de empleo más seguido, la rotación elevada aumenta la desigualdad en el largo plazo.
El aludido estudio, de la autoría de Renata Narita y Naercio Menezes-Filho, arrojó que entre el 24” y el 44% de los trabajadores en Argentina, Brasil, Ecuador, México, Paraguay y Perú cambian de trabajo cada año y entre el 30% y el 50% de ellos se queda fuera de la fuerza laboral.
Esas tasas de rotación elevadas se pueden atribuir, en gran medida, al sector informal o no regulado, que representa más del 40% de la fuerza laboral en muchos países de América Latina y el Caribe (en República Dominicana supera el 55%).
Y resulta que la duración de los empleos informales tiende a ser significativamente más corta que la de los empleos formales, debido a la falta de regulaciones y beneficios adecuados.
Los datos de ese informe están en línea con la realidad dominicana, pues de acuerdo a un estudio realizado por el Barna Business School, con el auspicio de INICIA, de Investigación y Sostenibilidad, el 47% de los trabajadores en República Dominicana considera que el entorno laboral es desfavorable y muchos coinciden en que es baja la consideración de las empresas para el crecimiento ptersonal y profesional de los empleados.
Eso lleva a que el 80% de los empleados dominicanos tengan la intención de abandonar la empresa para la cual trabajan por considerar que el entorno laboral es contaminante o desfavorable.
Obviamente, no todos los cambios de empleo son malos: pasar de empleos de baja a alta productividad, por ejemplo, puede hacer subir los salarios, especialmente en los primeros años de la vida profesional de los trabajadores, y también puede ayudarlos a garantizarse empleos mejores y más estables con oportunidades de promoción.
Pero ese no es el caso cuando los trabajadores más jóvenes y menos educados cambian de empleo de manera más frecuente, por lo que reciben menos capacitación, aprendizaje y experiencia en el trabajo, y eso hace que terminen siendo afectados por un crecimiento salarial más lento, además de que tienen más probabilidades de pasar de empleos formales al sector informal o, peor aún, de quedar fuera de la fuerza laboral.
A este tipo de rotación, que puede impedir la acumulación de capital humano, se le debe poner atención para evitarla.
Son dos los caminos que hay que recorrer para bajar la rotación laboral: está, por un lado, el de bajar la informalidad laboral y, por el otro, el de promover políticas corporativas que hagan sentir a los empleados que para progresar no es imprescindible cambiar de empleo.