POR CLAUDIA DE ALBA
Las personas pueden llegar a conocer la realidad del amor, pero la ciencia no puede probar el amor. La gente puede conocer la realidad de Dios, pero no por medio de la investigación científica. Sin embargo, lo que es posible conocer sobre Dios, su poder eterno y su divinidad todos los pueden entender, por que el Señor de lo ha revelado dentro de su ser.  En otras palabras, Dios le ha dado a la humanidad la capacidad de aprender todo acerca de Él por medio de su creación y les ha dado a algunos una revelación especial de sí mismo por medio de los profetas, los apóstoles y Jesucristo.

Podemos deducir claramente por todas las cosas creadas que tiene que haber un Creador. Alguien dijo que la probabilidad de que el hombre surgiera por accidente o casualidad es aproximadamente tan razonable como la de ir a un montón de chatarra y encontrar allí un avión a reacción, de manera que pudiéramos decir Miren como se reunieron accidentalmente estos pedazos de metal para formar este avión. Somos muy complejos.

Por ejemplo, las neuronas y las trayectorias nerviosas de cada ojo humano a su celebro son cerca de quinientas mil. No hay modo alguno de que esto pudiera producirse por accidente.

Al ver la puesta del sol, la regularidad de las estaciones, las leyes de la naturaleza, tenemos que llegar a la conclusión de que ha de haber una inteligencia tras de ello. La Biblia nos indica que las personas suprimen la verdad porque son malas. No quieren ver lo que se les muestra con toda claridad.

Dios se manifiesta también por medio de una revelación especial: la Biblia. Los profetas del Señor que caminaron con Él tuvieron revelaciones especiales y las pusieron por escrito durante muchos años para constituir el libro que conocemos como la Biblia.

Por último, la revelación suprema de Dios es Jesucristo. Este era Dios mismo que vino a la tierra en cumplimiento de las profecías, y su venida tuvo lugar precisamente como lo habían predicho los profetas. Vivió entre nosotros y nos mostró como es Dios, para que llegáremos a conocerlo mejor. Como le dijo a su discípulo Felipe: “El que me ha visto a mi, ha visto al Padre”.

En resumen, podemos conocer a Dios a partir de la revelación general de la creación, y podemos conocerlo por la revelación especial de quienes lo han conocido, y sobre todo por la vida y las palabras de Jesucristo mismo.

Quienes dicen que no hay Dios deben darse cuenta de que el ateísmo requiere mucho más fe que el creer en Dios. ¡Es mucho más sensato tener fe en Dios ¡Al tomar en consideración las teorías científicas relativas al comienzo del cosmo, es sorprendente descubrir que ha habido cuando menos diez “cosmogonías” importantes durante los últimos doscientos años.

El hombre está modificando continuamente su teoría sobre como llegaron a existir todas las cosas. Conforme aumentan nuestros conocimientos, cambiamos de modo de pensar. Sin embargo, hasta ahora nadie ha presentado un concepto mejor y más aceptable que el relato bíblico que dice que hay un Dios creador que, en el principio, hizo todas las cosas.

¡Dios te bendiga!