El indicio del Cambio para las políticas municipales del Partido Revolucionario Moderno se hizo predecible cuando se decidió superar las traumáticas elecciones de La Liga Municipal Dominicana de vuelos rasantes al Congreso Nacional y los sucesos de Piedra Blanca.
La decisión de articular la visión municipal del PRM con el consenso era el indicio del cambio que, los distraídos en lo anecdótico, no advirtieron.
El nuevo liderazgo del PRM y los responsables de las políticas municipales se propusieron lograr por consenso la conducción de la recién elegida Liga Municipal Dominicana que debía extenderse hacia la Federación de Municipios (Fedomu) y la Federación Dominicana de Distritos Municipales (Fedodim).
Dos municipalistas, reconocidos por su conducta y trayectoria, Víctor de Haza y Kelvin Cruz, articularon ese consenso.
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Meses después, el 24 abril, celebraron en Punta Cana el Día de los Municipios. Evento en el que el presidente Luis Abinader expuso la necesaria articulación de las políticas públicas para “construir juntos” el cuidado ambiental, el plan urbanístico y el turístico… en fin, el desarrollo desde los territorios.
Habían transcurrido apenas 3 meses cuando convocados por el presidente a la sala del tercer piso del Palacio Nacional, nos encontrábamos el entonces Contralor de la República, Freddy Correa; Carlos Pimentel, director de Compras y Contrataciones Públicas; Víctor de Aza, presidente de la Liga Municipal; Kelvin Cruz, presidente de Fedomu; y Milagros Ortiz Bosch.
Llegó el presidente trayendo en las manos un documento que después evaluamos como “estandarización de precios”. Nos comunicó que estaba disponiendo transferir a través de la Liga Municipal cuatro mil millones de pesos para los municipios, cumpliendo su propuesta de Punta Cana, de “trabajar juntos” en un proceso que tendría las siguientes características:
1.- Aplicación presupuestaria a los municipios y distritos municipales sin distinción del color de los partidos políticos o su carácter de independiente,
2.- Se tomaría como referencia igualitaria el área territorial y población para definir los montos de entrega por entidad municipal.
3.- El presidente presentó un análisis de costos por áreas: tarifas por metro de construcción de centros comunales, cementerios, mataderos y para construcción y reconstrucción de aceras y contenes, estableciendo diferencias de precios si el subsuelo tenía instalaciones de agua, o de acueductos. había que preservar el agua (1).
No había terminado la exposición cuando el presidente solicitó al Gabinete de Transparencia: “Esto debe cumplirse llevando a la Liga Municipal Dominicana a ejecutar su presupuesto en el Sistema Integrado de Gestión Financiera (SIGEF), e impulsar a los municipios a ejecutar sus presupuestos en el Portal Transaccional de la Dirección de Compras y Contrataciones Públicas”. Para Carlos Pimentel y Milagros Ortiz Bosch eran estas instrucciones.
Y hoy la Liga Municipal Dominicana ejecuta su presupuesto a través del Sistema Integrado de Gestión Financiera, SIGEF, cumpliendo con las normas de control que rigen la administración de los fondos públicos. Y más de 168 municipios ejecutan sus presupuestos en el Portal Transaccional de Compras y Contrataciones Públicas. Dos hitos pendientes para la Administración Pública. Es un proceso de cambio.
Desde el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo se venía implementando la creación del “Registro Unificado de Demandas Ciudadanas Territoriales” para incorporar los territorios al desarrollo sostenible, al ejercicio ciudadano de sus derechos, abriendo el oído del Gobierno a las aspiraciones ciudadanas.
Y para que no fueran estériles esas disposiciones, la Dirección General de Presupuesto inició el proceso de consulta ciudadana que introdujo este año en el Presupuesto de la República cerca de vente mil millones de pesos en obras e inversiones nacidas desde los ciudadanos que habitan en la base primaria de los territorios y los distritos municipales, política pública que es el resultado de la articulación entre la Dirección General de Presupuesto y el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo.
Así se fue construyendo la victoria de este 18 de febrero, pensando en el futuro. ¿Cómo impulsar el desarrollo sostenible sin el desarrollo de los territorios? ¿cómo evitar la migración interna si no se mejoraba la vida en el territorio? ¿Cómo abandonar los territorios por donde transita el turismo?
Es legítima la preocupación por el uso inadecuado de los recursos públicos, pero recordando que en todos los procesos electorales del pasado las finanzas públicas se “desguañangaban” (término de Bernardo Vega), mientras que hoy el buen manejo de las finanzas públicas es reconocido nacional e internacionalmente.
Si el cálculo matemático de los “desguañangues” fueran realizados, las voces desgarradas descubrirían que el tema no les favorece; ese tema, como las alianzas, les quita votos por el recuerdo todavía presente.
El camino de la victoria fue un proyecto país, una visión para gobernar un solo país, con las mismas metas, la búsqueda de la inclusión en el beneficio del crecimiento económico y aún sabiendo que es difícil modificar una cultura, avanzamos y mucho. Y parece que el pueblo, los ciudadanos, lo saben.