¿Cómo será el ganador en las elecciones?

¿Cómo será el ganador en las elecciones?

La geopolítica fue insertada como una disciplina científica a finales del siglo XIX, en Alemania y en sus principios estuvo fundamentada en una política realista, por lo cual en las universidades de muchos países europeos se estableció como una disciplina dentro de sus planes de estudio.

La geopolítica, como es conocido, es una determinante de las constantes histórico-políticas, que en principio define los poderes políticos cuando se confrontan entre sí, esto es, si cambia la situación histórica, también cambian las constantes de la política exterior.

Una estructuración política supone una situación histórica, en la cual potencias se configuran en una manera de orden. También existen ordenaciones de diversas regiones, que a veces imponen una determinada forma de orden.

Así como entre las naciones existen determinados órdenes, y además existen como constante de rivalidad, ejemplo, la franco-inglesa, entre los partidos políticos locales se manifiestan esas constantes y sus enfrentamientos, aunque al mismo tiempo se hace evidente la necesidad de salvar ciertas apariencias. De ahí que surjan las alianzas a pesar aún cuando haya serios problemas internos entre fuerzas políticas.

¿Usted querido lector se ha preguntado alguna vez, cuáles deben ser las cualidades ideales que deben tener los políticos del patio dominicano? La respuesta más común que hemos obtenido ha sido que sea honrado.

Sin embargo no me parece a mi que sea la honradez un razgo particular de un buen político, porque esa es una cualidad general que deben tener todas las personas, ya que ser honrado no quiere decir mucho más, debería ser poseer una amplia cultura pues eso significa que puede apreciar el conocimiento, ya que conoceres saber distinguir y relacionar. Y nuestros políticos ni distinguen ni saben relacionar, sino que hablan hasta por los codos. Y no saben ubicarse, es decir, donde están, por eso se entusiasman con la utopía, con lo imposible. De ahí la rebatiña entre compañeros de un mismo partido y hasta con los contrarios. El diálogo entre ellos no es una constante en la forma de entender y ejercer sus responsabilidades dentro del servicio público, como tal, los funcionarios son arrogantes y groceros, fruto de su formación política y por eso nos preguntamos, ¿por qué una vez llegado a un cargo se instalan en la soberbia, lo cual le hace daño a ellos y a su partido?

¿Es por eso que pronto se alejan de la verdad y destruyen el país? Hasta donde hemos podido llegar? ¿Se puede caer más bajo que los políticos gobernantes? ¿Cómo será el ganador de las próximas elecciones? Nadie tiene respuestas a estas preguntas, ya que la ley de las urnas es quien la decide. Lo correcto sería que la cantidad no sea la que venza a la calidad. Ganará el que más guste a la loca de la calle, a la maledicencia, al corral de la farándula, a los pedigüeños, a la gente de los patios, a los ladrones, a los delincuentes, etc. La imagen se impondrá de forma imparable, porque se busca el voto letrinal sin que nadie se encoja de hombros ó con cualquier otro gesto, sin que nadie se avergüence de la degradación social y moral. Cualquier día después de la comedia electoral, nos encontraremos con una megadiva del corazón o algún radiante cumbanchero, diciendo en esta dominicana de todos los tiempos, que ganó el mejor, sin embargo muchos electores hubieran preferido, que el triunfo hubiera sido, de una candidata en tanga si se hubiera postulado, que uno de esos líderes de los enjuagues y trapisonderías y de estafas bancarias e inmobiliarias. Nuestros políticos están cavando sus propias tumbas por no combatir la corrupción. Parece que es preferible la política en pelotas que los ladronazos de la política.

Las promesas electorales ya no las cree nadie, ni siquiera los que la formula. Para los electores todos son unos mentirosos, aún cuando tengan decidido a quien entregarle su voto. Ya todos sabemos que las promesas electorales son para no cumplirlas y desgraciadamente ó resignadamente esto es soportado por la mayoría de los ciudadanos, por eso está claro, como será «el ganador» del próximo 16 de mayo del 2004. ¡Dios mío, sólo nos queda la esperanza de la juventud emergente!

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