Como si cada día fuera el último, seamos felices

Como si cada día fuera el último, seamos felices

La vida puede irse en un soplo. Así de frágil es. Hoy estamos y mañana no tenemos idea de lo que nos puede pasar. Por eso, tal como nos lo ha vuelto a demostrar la triste muerte del gran Pachy Carrasco, tenemos que replantearnos la forma en que vivimos.

Este es el momento indicado para detenernos. Ha llegado el día en que la vida nos grita a todo pulmón que tenemos que dejar de correr, de estresarnos y de enloquecernos por llegar quién sabe a dónde. ¿Realmente vale la pena llevar un estilo de vida que nos desgasta y que puede matarnos?

Aunque la realidad de cada cual es distinta y cada uno tiene su manera muy particular de entender la vida vale preguntarse: ¿somos felices? ¿Damos siempre lo mejor de nosotros? ¿Construimos nuestro mañana con cosas positivas?

Antes de respondernos, pensemos en una última cosa: ¿qué pasaría si hoy fuera nuestro último día? ¿Estaríamos conformes con lo que hemos logrado? ¿Nos quedarían muchas cosas por decir o por hacer? ¿Quedaríamos en paz con todos los que nos rodean pero, sobre todo, con nosotros mismos?

Aprender a vivir como si cada día fuera el último. Tal vez de eso se trata la vida. También de estresarse menos y disfrutar más porque al final sólo nos llevaremos lo que tengamos en el alma cuando nos marchemos. Por ello, no hay dudas de que hay que tomar las cosas con más calma y dedicarse a ser felices.

Dejemos de pensar tanto en el dinero. Gastar no puede ser nuestro norte porque al final los bienes no significan nada. Seamos más simples. Vivamos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas