Cómo sobreviven los periódicos frente al apocalipsis digital

Cómo sobreviven los periódicos frente al apocalipsis digital

Gerry Smith

Los periódicos han adoptado una estrategia para no extinguirse: se absorben unos a otros para lograr sobrevivir.

Para los propietarios de los diarios de las grandes ciudades como el Chicago Tribune y el Denver Post, la adquisición de publicaciones más pequeñas y el drástico recorte de costos se ha convertido en la manera de ganar tiempo mientras piensan cómo hacer más dinero online.

Esa fue la lógica empleada por Tribune Publishing Co., propietaria de Los Angeles Times, en su fracasado intento por adquirir dos periódicos del sur de California.

El año pasado, la industria registró el número más alto de operaciones con la mayor cantidad de dinero desde la crisis financiera del 2008, habiéndose vendido 70 periódicos por un total de US$827 millones, según la firma asesora de fusiones y adquisiciones Dirks, Van Essen y Murray.

Gannett Co. compró 15 diarios, incluyendo el Milwaukee Journal Sentinel; Tribune se hizo del San Diego Union-Tribune; y la cadena de periódicos de Warren Buffett adquirió el Free Lance-Star en Fredericksburg, Virginia.

Aun después de la mayor actividad el año pasado, se pueden sumar más ofertas. Se espera que crezca la presión por las combinaciones debido a que varias de las empresas dedicadas a los medios han separado sus lucrativas estaciones de televisión, dejando que los periódicos se valgan por sí mismos.

En los últimos años, Tribune, Gannett y News Corp. han desacoplado sus operaciones en radio y televisión.“La consolidación se ha vuelto más fuerte que nunca”, dijo Rick Edmonds, un analista del negocio de los medios en el Instituto Poynter. “Es una de las formas en las que los periódicos se están reposicionando frente a la competencia digital”.

Algunos de los principales periódicos se pueden permitir el lujo de mantenerse solos, en especial si tienen la fortuna de contar con una marca nacional, como el New York Times, o ser propiedad de un multimillonario, como en el caso del Washington Post.
Pero el resto de los periódicos en los Estados Unidos – muchos de los cuales son la única fuente de periodismo profesional en su comunidad– están pendiendo de un hilo, 20 años después de que Internet se convirtiera en una amenaza competitiva mediante el desvío de los anuncios clasificados.

No todo en el cuarto poder es sombrío. Las salas de redacción continúan experimentando con estrategias para atraer a los lectores y convencer a los anunciantes. Los editores de los periódicos dicen estar haciendo progresos con sitios web-nichos que pueden resultar atractivos a nivel nacional o mundial. También encontraron nuevas fuentes de recursos a través de suscripciones digitales, eventos patrocinados, envío de boletines y la adquisición de startups digitales que hallaron su propia audiencia.

Para que muchas de estas ideas resulten fructíferas, es necesario contar con inversiones y tiempo, dos cosas que escasean en la medida que desaparece el público que otrora comprara la versión impresa.

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