Cómo sobrevivir a las fiestas

Cómo sobrevivir a las fiestas

Resulta difícil superar la fatiga, el desgaste y el agotamiento físico y mental, así como llevar adelante un ritmo sostenido de actividades personales y laborales con buenos resultados. Ni que decir de mantener unos niveles óptimos de energía a lo largo de toda la jornada sin desfallecer. Si estos objetivos, que son el “pan de cada día” de buena parte de los habitantes del mundo, son imprescindibles a lo largo de todo un año, se vuelven todavía más acuciantes durante las fiestas, cuando las prisas, las exigencias y el estrés se multiplican un poco más.

Los expertos proponen los recursos necesarios para disponer de la energía extra necesaria para afrontar el reto de las fiestas y aplicar algunas sencillas claves para “recargar las pilas” día a día, en estas semanas festivas de intensas emociones y muchas cosas para hacer y gentes que contactar en poco tiempo. 

Para mantener las reservas de vitalidad a lo largo de cada una de las intensas y extensas jornadas navideñas, conviene aportar al organismo lo que requiere en cada momento, así como efectuar los movimientos que desencadenan la energía en los momentos más adecuados, desde la primera hora de la mañana a la última de la noche:

De 7 a 7:30
Claves para renacer cada día

 Estírese en cama al estilo de como hacen los gatos, para desentumecer los músculos y activar la circulación sanguínea, y beba un vaso de agua mineral con el zumo de medio pomelo, para ayudar a depurar el organismo y recibir un primer impulso de energía.

 Abra la ventana de su dormitorio y respire a pleno pulmón para despejarse y oxigenarse, seguida de una ducha que conviene terminar con unos 20 segundos de agua fría.  La bajas temperaturas del aire exterior –propias de las fiestas de fin de año en el hemisferio norte- y del agua de la ducha, resultan saludables y estimulantes, si son moderadas y de corta duración.

A las 8:30
El desayuno más energético

 Su cuerpo y mente necesitan los nutrientes necesarios para ponerse en marcha y disponer de energía continuada para afrontar la mañana, por lo que nunca hay que saltarse la primera comida del día, ni reducirla a “un bollo y un café” tomados  a toda prisa.

 Lo ideal es tomar un zumo de naranja recién exprimido, un yogur preferiblemente de tipo “bio”, y una rebanada de pan de cereales integral, acompañados de una taza de té o infusión, mejor que café.

 A ello se le puede agregar miel, polen o jalea real, si necesita un toque extra de vitalidad, porque se note desganado.

A las 8:45
Póngase en marca con decisión

 Al hacer ejercicio, el cuerpo pone en marcha su energía, produciendo una activación que dura varias horas. Aprovéchelo, efectuando sus primeras actividades cotidianas “a toda máquina”.

 Levántese diez minutos antes y haga unas flexiones o abdominales.

 Muévase por su casa, dúchese, vístase y prepare sus cosas con un buen ritmo.

 Ya en la calle, baje del autobús una parada antes y camine a paso ligero hasta el trabajo o centro de estudios. Una vez allí, suba las escaleras en vez de usar el ascensor.

¡La actividad física estimula, en vez de cansar!

A media mañana, 10:30
Hora de tomar un refuerzo nutritivo

 Una pieza de frutas, como una manzana o naranja, un yogur o una galleta de cereales, tomados a media mañana como tentempié, le aportarán la dosis de glucosa necesaria para mantener el ritmo de actividad, sin desfallecer ni llegar “muerto de hambre” a la comida principal.

 Los refrescos y cafés, y productos con azúcar, no son la mejor opción como refuerzo, porque aportan un “subidón” rápido de energía que pronto decae y le deja más cansado que antes.

A las doce
Un alto y una visualización en el camino

 Estire su cuerpo y haga varias respiraciones completas, lentas y profundas. Al igual que el sol está ahora en el cenit, es decir encima de su cabeza, éste es el momento para centrarse: de recuperar la serenidad y el control que pueden haberse perdido a lo largo de las primeras horas y de analizar, planificar y reelaborar –si es necesario- las prioridades del día. Sosegar la mente y las emociones unos instantes, ayuda a recargar las pilas.

 Este ejercicio de visualización le ayudará a conseguirlo: Piense en el sol, justo encima suyo, e imagine que recibe su energía, en forma de un rayo de luz, que entra por la parte superior de su cabeza y poco a poco va llenando todo su cuerpo, haciéndolo brillar.

A las 1:00
Una comida ligera y proteica

 Tome proteínas, en forma de pescado o carne, así como abundantes verduras y frutas. Pero mantenga la moderación al consumir ciertos carbohidratos feculentos, como las pastas, el arroz, las papas o el pan, ya que en exceso tiende a producir somnolencia, al igual que las comidas demasiado copiosas, muy grasas o difíciles de digerir, o regadas con mucho alcohol.

 Para aliñar su comida, puede utilizar el curry y las especias  que tienen  un efecto tonificante sobre el ánimo.

A las 3:00 p. m.
Un paréntesis de relax

 A estas horas bajan el ritmo cardíaco y la tensión sanguínea. Si no puede descansar reserve las tareas más sencillas para este momento del día.

 Si tiene la ocasión de dormir una siesta, no la prolongue más de 20 minutos, ya que si dura más de este lapso aumentará su somnolencia y se sentirá menos despejado.

 Una breve caminata enérgica, de unos diez minutos de duración, le ayudará a potenciar su energía vital durante dos horas.

A las 5:00 p. m. 
El último café o té

 La cafeína y la teína son estimulantes más fuertes y duraderos de lo que se cree: sus efectos se prolongan entre 4 y 6 horas y el cuerpo puede tardar 24 horas en eliminarla. Si quiere dormir bien cada noche, evite también el chocolate caliente y los refrescos de cola.

 El nivel de azúcar en la sangre, y por consiguiente de  energía en el cuerpo, baja a media tarde. Para compensarlo puede tomar un tentempié a base de galletas saladas, queso fresco o frutas.

A las 7:00 p. m 
Su tiempo es todo suyo

 Terminadas sus obligaciones laborales o de estudio, la tarde es suya. Es el mejor momento del día para hacer ejercicio, dedicarse a sus aficiones, estar con su pareja o familia o jugar con sus hijos.

 También es el momento ideal para hacer algunos ejercicios de relajación o meditación, que pueden tener una capacidad reparadora de la energía, incluso más eficaz que el sueño.

A las 9:00. p. m. 
Cena ligera para un buen descanso

 Cene verdura y pescado, que son alimentos fáciles de digerir y ricos en minerales que benefician los procesos químicos del cerebro y ayudan a relajar los nervios.

 La carne de ave, así como el plátano, la leche y los frutos secos, son una buena fuente de triptófano, un aminoácido que aumenta el nivel de serotonina, una  sustancia del organismo que produce una relajación natural y ayuda a dormir profundamente.

A las 10:00 p. m.
El momento de un sueño reparador

 Convierta su dormitorio en un lugar sagrado. Es su templo de descanso, donde una buena lectura, una infusión relajante, los pensamientos agradables y las respiraciones sosegadas son bienvenidas, mientras que los ruidos, las tensiones y el ajetreo, así como la televisión, con sus telediarios y series violentas, están fuera de lugar.

 Procure descansar no menos de 8 horas.  Por cada 60 minutos que reste a su sueño nocturno, su coeficiente intelectual se reducirá en un punto al día siguiente.

E F E – Reportajes

Publicaciones Relacionadas

Más leídas