¿Cómo superar la aerofobia?

¿Cómo superar la aerofobia?

La fobia a volar en avión es un trastorno de ansiedad que se conoce como aerofobia.

Sin embargo es probable que una persona que presente miedo a los aviones lo que realmente tenga es una derivación de la claustrofobia (miedo a los espacios cerrados), de la acrofobia (miedo a las alturas) o la agorafobia (miedo a los espacios públicos o a las situaciones que generan ansiedad).

Así lo explica Glorianna Montás de Castillo, especialista en psicología orientada a la Neurociencia Cognitiva Aplicada.

Las personas con fobias específicas presentan conductas evitativas hacia el objeto de fobia por lo cual, en este caso irán a los extremos con tal de evitar viajar por medio de transporte aéreo. “Estas conductas evitativas son irracionales, lo que quiere decir que aun cuando es posible tener un accidente aéreo, las estadísticas indican que se trata de uno de los medios de transporte más seguros y que no es probable que ocurra un accidente en la gran mayoría de los casos. Para esta persona, la fobia a volar en avión significa una pérdida de tiempo y dinero, es posible que pierda ofertas importantes de empleo –si implican que se debe viajar con frecuencia- o que se pierda de vacacionar en el exterior o de visitar parientes cercanos”, explica la coordinadora del servicio de Neuropsicología del Instituto Dominicano para el Estudio de la Salud Integral y la Psicología Aplicada (IDESIP).

Un señalamiento que hace Montás es que no se debe confundir miedo con fobia, pues “en ocasiones las personas utilizan estos términos indistintamente, sin embargo las personas que padecen de fobias presentan síntomas psicosomáticos inhabilitantes tales como malestar en las vías digestivas (náuseas, vómitos, diarrea, dolor de estómago), cambios en el sistema cardiovascular (taquicardia, hipertensión, opresión en el pecho), cambios en la respiración (hiperventilación, sensación de que falta el aire), sudoración excesiva, temblores, agitación, palidez, baja en la temperatura corporal, sensación de que algo muy malo va a suceder, mareos, entre otros”.

Indica que esto sucede porque ante una situación estresante, el cerebro asume una posición defensiva que se conoce como “correr o pelear” (fight-or-flight). En este caso el sistema nervioso prepara al cuerpo para una situación de peligro inminente. “Sin embargo nuestro cerebro tiene un sistema de evaluación para valorar las situaciones según el peligro que representen y “frenar” este sistema de alerta cuando es necesario. Cuando este sistema de “freno” no funciona adecuadamente, entonces el cerebro emite químicos (neurotransmisores y hormonas) tales como la adrenalina, que en grandes cantidades producen malestar a nivel general. Este malestar puede ser tan intenso que provoque ataques de pánico en los cuales las personas pierden el control y en muchos casos deben ser admitidos a la sala de emergencias”, señala la especialista.

Bajo el método de trabajo que se utiliza en el centro donde labora, las fobias se clasifican en tres niveles: inmediato, es decir en ocasiones han experimentado un hecho traumático en el pasado (fuerte turbulencia, aterrizaje de emergencia) o incluso pueden haber observado un accidente aéreo por televisión. Nivel intermedio o relacional, cuando el experimentar los síntomas de la fobia representan una ganancia secundaria, bien sea porque se obtiene algo o bien porque se escapa de una situación indeseada. Y nivel profundo, cuando las causas son inconscientes, y el contenido de la fobia es irrelevante (el avión), sino lo importante es que simboliza esto en la vida de la persona.

¿Cómo se puede superar esta fobia? “El procedimiento que seguimos en el IDESIP implica que luego del diagnóstico, iniciamos un proceso de psicoterapia orientada al nivel donde hallamos registrado la fobia. Las fobias ubicadas en el plano inmediato son trabajadas desde un proceso psicoterapéutico cognitivo-conductual e hipnosis”, dice.

La psicóloga señala que las fobias ubicadas en el plano intermedio son trabajadas con psicoterapia sistémica y las fobias ubicadas en el plano profundo son trabajadas con psicoterapia psicodinámica. “En cualquier caso, utilizamos la intervención psiquiátrica para la introducción de psicofármacos que contribuyan con la disminución de la intensidad de los síntomas mientras se realiza al intervención.

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