En el largo camino a la presidencia del país del futbol, el tango y un montón de referencias sabineras, apareció un outsider de nombre Javier Milei, un candidato que, desde las Primarias Abiertas, Simultaneas y Obligatorias (PASO), se hizo en el protagonista de ese proceso cuando se convirtió en el candidato más votado, después clasificar al balotaje, para finalmente convertirse el domingo 19 de noviembre de 2023, en el nuevo presidente electo de la República de Argentina.

La figura de Milei, que es un candidato opuesto al establishment argentino que gira mayormente alrededor del peronismo, ha sido muy popular para muchos en su país y también para algunos sectores de la región por su forma describiendo de manera peyorativa a la clase política como “casta”, al Papa Francisco como “representante maligno de la tierra” y uno que otro insulto a los periodistas.

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¿Por qué Milei ha sido tan popular? Pues, resulta que no es algo de la noche a la mañana, sino parte de un descontento generalizado debido a que la política y sus políticos han caído en un gran desprestigio por las constantes crisis económicas, las denuncias de corrupción y los habituales insultos entre los mismos actores políticos que han creado discursos de odio donde se pregonan la historia de buenos y malos entre adversarios, convirtiéndose en una política del enemigo.

Ese comportamiento de la clase política y los partidos contemplándose como enemigos mortales, crea una erosión en la tolerancia mutua y refuerza la creencia de que el adversario es una amenaza. Eso el politólogo Eric Nelson lo cataloga como “un ciclo de extremismo constitucional creciente”, donde se crea una polarización que despedaza la tolerancia y normas democráticas.

Esas acciones de autoridades electas, son las que generan las reacciones de una población que pierde la confianza ante los representantes políticos, lo que hace nacer la figura de unos outsiders o políticos de una línea radical con ideas tendencia a la intolerancia ante las críticas y con la visión de que sus contrincantes son delincuentes subversivos y antipatrióticos.

Existe una considerable cantidad de individuos con esas cualidades, independientemente de su afiliación política, que alcanzaron el poder al adoptar posturas populares de antipolítica, como lo hizo Milei. Figuras como Alberto Fujimori, Hugo Chávez y Bolsonaro también se destacan en este sentido. Es importante destacar que ninguno de ellos ascendió al poder a través de golpes militares, sino mediante procesos electorales legítimos.

La existencia de esos outsiders, los Javier Milei de cualquier extremo, ellos no vienen de otro planeta, de otra dimensión u otro universo, sino, son un reflejo de una parte de las personas de su respectivo país o de un sentimiento que poco a poco fue creciendo debido acciones y omisiones de la clase política, eso da mayor fuerza a las palabras del comediante George Carlin refiriéndose a que “los políticos no caen del cielo, vienen de nosotros. Son producto de nuestro propio sistema”.