Día del Nirvana: ¿Cómo tener un viaje espiritual para superar las emociones negativas?

Día del Nirvana: ¿Cómo tener un viaje espiritual para superar las emociones negativas?

Nirvana: ¿Cómo tener un viaje espiritual para superar las emociones negativas?

El 8 de febrero se celebra el Día del Nirvana o Paranirvana, dedicado a la contemplación y la espiritualidad en lugares destinados para el retiro espiritual.

Esta celebración coincide con el día en el que Buda alcanzó el Nirvana Final, consiguiendo la felicidad más allá del cuerpo físico.

En algunos lugares, el Día del Nirvana se celebra el 8 de febrero, y en otros se produce el 15 de febrero.

¿Qué es el Nirvana?

El Nirvana es una palabra que proviene del sánscrito y significa «apagado». Es un concepto fundamental en las religiones del hinduismo, el jainismo y el budismo, referido al estado supremo de felicidad alcanzado por el alma, liberada del sufrimiento (dukkha), de la conciencia individual y del dolor mediante diversas técnicas y prácticas espirituales.

¿Cómo tener un viaje espiritual para superar las emociones negativas?

Con el ritmo de vida que llevamos, repleto de preocupaciones y de ansiedad, solemos actuar con impulsos y no le dedicamos un tiempo a reflexionar sobre las diferentes situaciones que protagonizamos. Por eso, parar la pelota por un instante para dedicarnos a indagar profundamente sobre lo que en verdad queremos es importante.

Conectarnos con esa realidad interior nos permitirá atraer lo mejor para nosotros y para los seres que nos rodean.

En primer lugar, tenemos que entender que esta fuerza mental es un lugar de conciencia donde se nos revelan todos nuestros objetivos con claridad. Nuestra mente necesita fusionarse para hacer un trabajo en conjunto con las emociones y con lo que podríamos llamar nuestro lado espiritual.

Desarrollar un conocimiento sincero y lograr un estado de conciencia elevado

Anímate a viajar

Una vez que seamos conscientes de que la fuerza está en nuestro interior y que solo tenemos que despertarla, estemos dispuestos a emprender el camino.

Se trata de profundizar en nosotros mismos, desarrollar un conocimiento sincero y lograr un estado de conciencia elevado.

Esto tiene un poder tan grande que, si lo alcanzamos, realmente notaremos los cambios. Gracias a este nivel de reflexión, vamos a adquirir ideas que seguramente antes no teníamos en cuenta:

-Nuestra realidad interior no tiene límites.
-Esa existencia la creás vos mismo, no tu entorno.
-Tanto la experiencia como el conocimiento se pueden alcanzar gracias a la guía intuitiva que tenemos cuando llegamos a ese estado de conciencia superior.
-Podemos crear nuestra suerte dejando de lado el concepto de que algunas personas son más afortunadas que otras.
-La vida no es caótica, sino que nuestro orden mental puede guiar esa desorganización.

Iniciar este viaje requiere tiempo, paciencia y concentración. Algunas personas eligen la terapia como el ámbito propicio para lograrlo, otras optan por meditar o bien por emprender viajes espirituales que les permiten esa conexión.

Lo importante es que, más allá del método que elijamos, todos contamos con la fuerza suficiente para ser protagonistas de este gran cambio hacia la plenitud.

¿Cómo? A través de nuestra propia espiritualidad. «Cualquier persona que tenga cierta autocrítica para poder modificar aquellos pensamientos y emociones disfuncionales, que tanto lo perturban y le generan mala calidad de vida, puede recurrir al camino espiritual», explica el psicólogo Santiago Gómez, director de Decidir Vivir Mejor y del Centro de Psicología Cognitiva.

El alma en su parte más baja se conecta con el cuerpo a través de las emociones y en su parte más alta con el espíritu

Aquí, allá y en todos lados

Tal como afirma la Dra. Graciela Moreschi –autora de Si el otro cambiara– el hombre actual se siente arrojado a un mundo que no tiene sentido, ya que sus patologías más frecuentes son las de vacío.

Es que, durante mucho tiempo, desconoció su constitución espiritual. «Para poder comprender mejor de qué estamos hablando creo que tenemos que ponernos de acuerdo respecto de algunos términos.

Somos: cuerpo, alma y espíritu, pero pocos reconocen la diferencia entre los dos últimos. El alma en su parte más baja se conecta con el cuerpo a través de las emociones y en su parte más alta con el espíritu».

Por otro lado, Moreschi explica que hoy en día existe una dimensión espiritual que está más negada que nunca. «Ante el materialismo del mundo capitalista, la sociedad promueve el consumo, como si lo material fuera la fuente de felicidad y el único camino posible. Este alejamiento de lo espiritual ha generado las patologías de vacío que hoy son tan comunes:

Adicciones, narcisismo, violencia, como también la ansiedad por temor a lo que depare lo nuevo o el futuro». Antes, existía una conciencia espiritual que llevaba a la gente a creer que su vida tenía un sentido, y que era parte de un plan mayor que, aunque desconocía, sabía que estaba. La espiritualidad es la conexión con nosotros mismos a través del trabajo interior.

«Para desarrollarlo, la meditación podría ser un camino que lleva mucho tiempo de práctica, pero que calla los ruidos externos para poder conectarnos con el interior», agrega Moreschi.

Es necesario tener conciencia del propio cuerpo, de las sensaciones internas, empezando por la respiración

Encontrá tu propósito

Como explican los profesionales, existen varios métodos de respiración y meditación para que logremos conectarnos con nuestro interior y, así, poder buscar el camino de la felicidad, nuestros propósitos y objetivos.

La fundación El Arte de Vivir, que tiene como fin ayudar a las personas a superar las emociones negativas y las tensiones, sostiene que las experiencias positivas de recorrer ese camino espiritual son evidentes. Solo hay que seguir un paso a paso para unirnos con nuestro lado más profundo:

-Curar y armonizar el cuerpo, mente y espíritu, para poder liberar el estrés
acumulado de forma natural y efectiva.
-Descansar en nuestra naturaleza, a través de la práctica del silencio, para replegar de forma consciente nuestra energía y atención de las distracciones externas. Así, es posible trasladar un sentido de paz y vitalidad renovada a nuestra vida cotidiana.
-Explorar la profundidad del ser. Cuando la mente y el sistema nervioso
pueden reposar por unos momentos en el silencio profundo, los bloqueos que obstruyen el sistema y nuestro progreso gradualmente se disuelven.
La práctica regular de esta técnica puede transformar completamente la
calidad de vida de una persona, cultivar la paz y la energía, y expandir la
conciencia a lo largo del día.
-Experimentar en primera persona las cualidades de abundancia, contentamiento y plenitud, un atributo de la conciencia.
-Florecer en gratitud, para enfocarnos en todo lo bueno que tenemos y alegrarnos. Así, atraemos más deseos.

Siguiendo este camino nos resultará más fácil plantearnos metas, experimentar libertad, y por ende, reencontrar nuestra esencia interior para lograr ser felices.

Solo hay que seguir un paso a paso para unirnos con nuestro lado más profundo

Hacia el equilibrio

Teniendo en cuenta el tiempo en el que vivimos, muchas personas se quejan de lo mismo: no pueden parar de pensar y su mente no se detienen nunca. 

En verdad, sienten que las ideas van y vienen y generan una constante tensión interna. Como contrapartida, la Psicoterapia Zen propone centrar la atención en dos aspectos fundamentales: la detención del pensamiento y el logro de una visión objetiva del mundo que nos rodea.

El Dr. Jorge Rovner, budista y médico especialista en psiquiatría y psicología médica, explica que para poder lograrlo, lo primero que hay que hacer es enfocarse en el aquí y ahora. Después, es necesario tener conciencia del propio cuerpo, de las sensaciones internas, empezando por la respiración.

Y, de esta manera, centrarnos en nosotros mismos a través de la meditación. Por último, permitir a nuestra mente ir donde quiera, –no apegándose a los pensamientos, emociones y sensaciones– en un estado de profunda relajación haciéndola regresar desde el punto en donde está, a voluntad, todas las veces que sea necesario.

Esta psicoterapia puede ser útil para todas las personas, más allá de su edad, género, o inclinación religiosa. Para todos, los fines son los mismos:

-Intenta la transformación de las creencias erróneas en un modo de vincularse con la vida racional, práctica y agradable.
-Permite que la necesidad humana encuentre un espacio de aceptación y
apreciación.
-Desarrolla un modo respetuoso de ver y aceptar la diversidad y la del resto.
-Explora y diseña nuevos paradigmas de progreso, éxito, responsabilidad y objetivos por ser alcanzados en la vida.
-Ayuda a lograr el desapego de todo tipo de codicia y genera un inmediato
cese del sufrimiento.
-Promueve acciones positivas, que permitan una vida con plena libertad.

Lo mejor que podemos hacer es liberarnos de los obstáculos que se nos interponen

Y por último, además de ayudarnos a aceptar nuestra realidad individual, nos da las herramientas necesarias para que podamos desarrollar las técnicas meditativas y aplicarlas en nuestro día a día.

Explorá tus poderes

Para activar nuestra fuerza interior, lo principal es conocer todo lo que sucede en nuestra mente, más allá del aspecto físico. Nuestro primer poder es la energía, que está dentro de nosotros y no tiene límites ni dimensiones, como tampoco los tienen los sentimientos, emociones y sueños. La clave está en confiar que se trata de una fuerza invisible, pero que existe.

En tanto, por otro lado se encuentran los pensamientos, que se originan en  nuestro interior y nos caracterizan en nuestra condición de humanos. Son los encargados de crear la vivencia de la salud, de la riqueza y de todos los detalles de nuestro mundo.

Por eso, para pasar a la realidad espiritual, debemos analizar si en algún momento esos pensamientos limitaron el enfoque que tenemos de la vida. Porque, si solo creés en lo que podés ver, vas a estar limitando tu mundo interior que, en realidad, es ilimitado.

Tené en cuenta que para llegar a esta armonía cuerpo-mente, es fundamental dejar atrás las emociones negativas  y los pensamientos que nos perturban.

Lo mejor que podemos hacer es liberarnos de los obstáculos que se nos interponen, superar las debilidades y, así, avanzar hacia ese nuevo yo.

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