EFE, REPORTAJES. Los efectos beneficiosos del sol sobre el organismo son innegables, pero también los perjuicios como resultado de la sobreexposición. Por ello es vital saber si es posible quemarse en un día nublado o por qué hay que seguir utilizando bronceador cuando ya lucimos una piel tostada.

Lo más recomendable es reaplicar el protector solar cada dos horas, ya que el sudor, la ropa, el baño, la toalla, la arena hacen que vayamos perdiendo el producto. Es posible quemarse al nadar, ya que el 60 % de los rayos UVB y el 85 % de la radiación UVA llega a un nadador a una profundidad de 50 cm bajo el agua.

Se requiere la protección adecuada durante toda la exposición al sol, independientemente de la temporada del año y la hora del día.

Cada vez hay una mayor preocupación sobre los efectos nocivos del sol y, por tanto, una mayor atención hacia la protección solar.

Casos recientes de personajes populares que han manifestado sufrir melanoma por no haberse protegido correctamente del sol durante su adolescencia y juventud, han ayudado a que ese sector de la población sea más consciente de lo que les puede suceder en un futuro. Para ayudar, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética española (Stanpa) ha elaborado un decálogo en el que indica la mejor manera de protegerse del sol cualquier día del año, pero especialmente en los meses de mayor calor.

Carmen Esteban, directora científica de Stanpa, explica que los rayos UVB afectan la capa superficial de la piel y provocan efectos a corto plazo.