Como un estímulo para el amor al arte y la  revelación de talentos

Como un estímulo para el amor al arte y la  revelación de talentos

No es un elogio excesivo cuando se afirma que el Banco Central de la República Dominicana es una institución excepcional en materia de arte y cultura. Se trata de un reconocimiento a los hechos, resultados y política cultural del mayor organismo económico de la nación, en su incentivo plural a la creación dominicana, cuyas vertientes diversas incluyen una de las mayores colecciones de arte del país, compuesta de obras de autores nacionales.  La institución favorece en  su personal el amor al arte en un sentido amplio que incluye las expresiones visuales y literarias, sin olvidar la investigación en economía que le pertenece por naturaleza.  Ese aliento culmina en un  Concurso Anual de Arte y Literatura, que el gobernador Héctor Valdez Albizu reanudó en el año 2005 para la gran satisfacción de funcionarios, empleados activos, y también de los pensionados,  admitidos a concursar en condición de igualdad, ¡y a veces lanzándose a una nueva carrera! Cada año, el concurso suele  registrar un avance sobre el anterior: esta edición se ha caracterizado por una reforma de las bases de participación y una invitación individual motivante, que han sido muy positivas.

El concurso 2010.  Si la parte de literatura del concurso   demuestra que existe interés y capacidad por la escritura y la narrativa –alcanzando los mejores cuentos un nivel profesional–, las artes visuales congregan el mayor número de participantes y de ganadores.  Pintura, Dibujo y Fotografía son las categorías propuestas, y las obras concursantes están expuestas, todas, en la “sede vieja”. No hay proceso de admisión, y el jurado elige directamente los trabajos a premiar.

El Concurso de Arte de este año ha procurado una verdadera satisfacción cuando, por primera vez, se requirió trabajar en torno a un tema: la naturaleza.  La respuesta sorprendió agradablemente,  nadie se sintió cohibido, aparte de que esta temática es la que inspira casi siempre a los artistas aficionados, permitiéndoles plasmar la realidad circundante de un modo tradicional, más que moderno.

En Pintura,  una visión realista sigue dominando los estilos del paisajismo, una tendencia lógica y aun recomendable entre pintores no profesionales.  Sin embargo, se nota ahora mayor creatividad, no solamente en el escenario escogido, diurno o nocturno, rural o urbano, sino en el tratamiento pictórico. Suelta, consistente y dinámica, la pincelada multiplica los acentos de pasta o intensifica el color, fortaleciendo la expresión personal.

El Dibujo, que suele ser el pariente pobre del concurso, sigue escaso, pero más definido, expresivo, limpio, en blanco y negro, y sobresaliendo una técnica neopuntillista.

La Fotografía.  Ahora bien, la explosión –no hay otro término– de la fotografía, con 69 obras, demuestra un entusiasmo casi increíble y un avance técnico muy halagador, en una categoría otrora tímida cuyo escenario preferido era la arquitectura del banco.  Si hubiera habido aquí un proceso de selección, muy pocas imágenes hubieran sido rechazadas, y, aparte de los tres premios, se otorgaron ocho menciones de honor, un número jamás alcanzado,  ¡y varias más se hubieran podido atribuir a manera de incentivo!  La gente, el paisaje, el hábitat, el campo, la ciudad, la flora, la fauna despliegan sus encantos, y han captado vistas insólitas, curiosas, a menudo poéticas. El encuadre y la composición, que no suele cuidar el aficionado,  han mejorado inmensamente. El color triunfa, entre armonías y contrastes.

¿El Banco Central se habrá vuelto una cantera de fotógrafos de una riqueza insospechada? El ascenso de ese medio, tanto en lo cuantitativo como lo cualitativo, no deja de corresponder a la importancia creciente de la fotografía, tanto en las exposiciones, las bienales y las ferias como en las colecciones de arte. Los resultados del concurso se adhieren, pues, a esta realidad artística de la era digital, y varias de las fotografías no desmeritarían al lado de imágenes ganadoras de certámenes o expuestas públicamente. Más aun, se prestarían para una exposición colectiva itinerante, como un ejemplo institucional a seguir.

El Concurso de Arte y Literatura, organizado por el Departamento Cultural del Banco Central, ha dado, en el 2010, frutos maduros y abundantes, poniendo, una vez más, en evidencia que la vocación y el talento artísticos, cuando se estimulan, pueden acompañar placenteramente a un ejercicio profesional cotidiano y otra especialidad.

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