¿Cómo vemos?

¿Cómo vemos?

Todos sabemos la importancia de nuestros ojos, pero no estamos familiarizados con las diferentes enfermedades que existen o los términos que se usan para describirlas.

La función principal del ojo es la de transmitir luz del mundo exterior a los receptores de la vista que están localizados en la parte posterior (de atrás) del cerebro.

Para hacer esto, la luz atraviesa por la membrana lagrimal, córnea, cámara anterior, pupila, lente, y vítreo hasta llegar a la retina la cual envía impulsos «eléctricos» a través del nervio óptico hasta llegar al cerebro.

La visión se reduce si alguna de estas estructuras es anormal, si su tamaño es irregular, si no funciona adecuadamente, o si no está propiamente ubicado en relación con los otros.

Para ver claramente a través de la capa externa y la membrana lagrimal, estas deben estar intactas. Si la cantidad de lágrimas producidas es menos que lo normal (ojos secos), los ojos se sentirán incómodos y la visión será afectada.

La insuficiente producción de lágrimas no es rara; puede ser causado por algún problema aislado o por el proceso de alguna enfermedad que pueda afectar todo el cuerpo.

Debajo de la película lagrimal está la córnea. Esta provee una estructura clara y estable en la cual puede entrar la luz.

La forma redonda de la córnea hace que los rayos de luz se inclinen de tal manera que puede pasar a través de la cámara anterior. Si la córnea está deforme o se vuelve nebulosa y no permite suficiente luz que pase, entonces la visión se dificulta.

La cámara anterior es un espacio entre la córnea y el iris (parte coloreada del ojo). Esta contiene fluidos que bañan las estructuras en la parte del frente (anterior) del ojo. Si la cámara anterior está poco profunda, el iris puede moverse hacia el frente y tocar la parte posterior de la córnea.

Esta relación anormal cambia el ángulo de la cámara anterior (donde la córnea y el iris se reúnen) e impide que los fluidos corran fácilmente entre la cámara anterior (a través del tejido de malla trabecular en el ángulo) y las estructuras anteriores.

Si el fluido no puede entrar o salir con facilidad a través del tejido de malla trabecular, la presión del ojo sube y se desarrolla el glaucoma.

En el centro del iris está la pupila. Esta es una apertura que permite que la luz pase por el lente o cristalino. Los músculos del iris regulan el tamaño de la pupila.

En luz brillante los músculos se encogen y la pupila se encoge; en la oscuridad los músculos se dilatan y abren la pupila con libertad para que así pueda entrar más luz.

Algunas drogas y enfermedades influyen en la habilidad normal del abrir y cerrar de la pupila. En la parte posterior de la pupila está el lente.

Este es una estructura clara que cambia el ángulo de los rayos de luz al entrar al ojo para enfocarse en la retina. Con la vejez hay cambios que suceden en el lente. Puede perderse la claridad y desarrollarse la catarata. Lo común es que el lente se ponga menos flexible cuando la persona está en sus cuarenta.

Esto afecta la habilidad del lente para enfocar los rayos de luz de cerca y producen la presbicia o vista cansada, y la necesidad de lentes para leer.

También se ha demostrado que el lente ayuda a filtrar rayos ultravioletas que pueden perjudicar la retina en la parte posterior del ojo.

Cuando la luz da con la retina, una reacción química ocurre. Impulsos eléctricos se desarrollan en los receptores de luz (bastoncillos y conos) en la retina y pasan al cerebro vía el nervio óptico el cual está compuesto de un grupo de fibras nerviosas.

Cuando los impulsos llegan al cerebro tenemos visión. Es el trabajo del oftalmólogo evaluar la integridad de todas estas estructuras de manera organizada. Si usted tiene un problema específico con sus ojos, le pedirá que lo describa. Muchos veces, pistas importantes de su problema pueden ser encontradas según usted describa el problema.

Es importante que usted informe al doctor como empezó y como ha afectado su visión.

El oftalmólogo entonces examinará su visión cercana y distante; mirará todas las estructuras de sus ojos y verificará que estén sanas; también medirá la presión dentro del ojo y determinará si hay glaucoma.

Aunque usted no tenga problemas con su visión, los exámenes regulares deben formar parte del cuidado de su salud. Estos deben ser hechos por un oftalmólogo cada dos o tres años para mantener ojos saludables.

Con los adelantos de los últimos 20 años, ahora es posible hacer más que en el pasado para conservar y mantener bien su visión. Para cualquier pregunta o comentario, utilice el fax 532-5959 o el e-mail: h.stern@codetel.net.do

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