El miedo al cambio es un sentimiento o emoción que todos en algún momento podemos experimentar. Tener temor a probar algo nuevo o a iniciar una realidad diferente a la que estamos viviendo puede ser normal. Sin embargo, esta reacción suele ser negativa cuando el miedo nos frena o coarta la posibilidad de actuar.

Los cambios forman parte de nuestro día a día, nuestra apariencia física cambia, nuestro entorno cambia, nuestros amigos cambian, la sociedad cambia, el mundo cambia, el planeta cambia. De hecho, cada día es diferente, y las relaciones con los demás y consigo mismo son dinámicas y atraviesan por diversas etapas que debemos identificar para poder responder satisfactoriamente ante ellas. Por más que tratemos de huir, en algún momento el cambio nos encontrará en algún área de nuestras vidas; por lo tanto, es importante asimilar los cambios como un proceso continuo que debemos integrar, para no paralizarnos antes estos.

Es importante que estemos conscientes de que contamos con una capacidad de adaptación inherente al ser humano, la cual nos provee de la flexibilidad que necesitamos para responder ante situaciones cambiantes; esta flexibilidad nos ayuda a hacer una sinergia con las modificaciones de la cotidianidad, y a aceptar el cambio y acoplarnos a ellos de una manera funcional. También contamos con la capacidad de resiliencia, que nos lleva a realizar obras positivas y a superar el estado en que estábamos antes de que se presentara la necesidad del cambio. Cuando advertimos estas capacidades, nuestro miedo disminuye, pues si bien es cierto que el miedo puede activarse, igual de cierto es que tenemos herramientas con las cuales seguir adelante

En el transcurrir de nuestras vidas, los cambios se pueden dar desde cambio de rutina, cambio de trabajo, cambio de pareja, cambio de estilo de vida, cambio de país o lugar de residencia. También experimentamos la necesidad de cambios en la actitud, la conducta o los planes de vida. Para lograr superar el miedo que dichos cambios pueden producirlos, lo primero que debemos contemplar es la necesidad de salir de nuestra zona de confort.

La zona de confort es ese ambiente y estado de vida en el que nos sentimos seguros, ya que conocemos cómo actuar, qué esperar y hasta cierto punto ya hemos experimentado una sensación de poder y control gracias a esta. De allí surge que el salir de dicha zona de confort implique un esfuerzo adicional.

La resistencia al cambio puede ser inconsciente, y por lo general se trata de un temor que nos lleva a no querer eliminar lo conocido y también nos impide estar abiertos a contemplar lo desconocido para ampliar el área en que actuamos y vivimos. Algo que puede ayudarnos a sentir confianza en medio de la necesidad de cambio, es preguntarnos este cambio será para bien o para mal.

Las razones más comunes por la que tenemos miedo al cambio son:

• La falta de autoconfianza.
• Miedo a soltar el timón de nuestras vidas por temor a perder el control.
• Miedo a equivocarnos
• Miedo a lo desconocido
• Inseguridades.
• Falta de autoestima.
• Desmotivación.
• Miedo a situaciones nuevas.

Consejos para superar el miedo al cambio:

• Tomar consciencia de nuestros miedos y barreras mentales.
• Eliminar pensamientos limitantes.
• Hacer un plan para cambiar poco a poco, dando pasos que generen seguridad.
• Trabaja la autoconfianza y modificar el autoconcepto
• Pensar en positivo.
• Atreverse a equivocarse, asimilar que el errar es de humano y que lo importante es aprender de este error para no repetirlo.
• Desarrollar inteligencia emocional.

Recuerda que el cambio es inevitable y para ganar hay que arriesgarse. . La autora es psicóloga y educadora, directora y fundadora de MLC SCHOOL Twiter: @MLC_Schoolrd @SVirginiaP Instagram: @pardillavirginia.