Una hermosa noche de óperas y zarzuelas, ofreció la Compañía Lírica Nacional, con motivo del día del Músico, en la sala de la Cultura del Teatro Nacional.
Lo que resultó más interesante de este concierto, además de su calidad artística, fue la presentación de un grupo de jóvenes de incuestionable talento que han decidido trillar el difícil camino de la lírica, en un medio como el nuestro, donde muy poco se hace por esta rama del arte. Los jóvenes, Carolina Camacho, Antonia Chabebe (sopranos), Dorka Quezada (mezzosoprano) y Otilio Castro (tenor), deberían tener la oportunidad, de perfeccionarse en el extranjero.
El programa escogido, equilibrado y de buen gusto, unió a los nuevos talentos con nuestros artistas líricos ya establecidos por mucho años. Nuestro gran tenor Juan Cuevas, hizo una magnífica interpretación de la famosa aria Cielo e mare de La Gioconda de Pouchielli, dando muestras de sus magníficas condiciones vocales. Marianela Sánchez, nuestra experimentada soprano, deleitó con el aria Il sogno di Loretta de la ópera La rondine de Puccini.
Por su parte Pura Tyson, de exquisita voz y manifiesto histrionismo interpreto, Pace, pace mio Dio, de la Fuerza del Destino, de Verdi. Verdaderamente impactante fue la participación de Otilio Castro, al cantar un aria como E lucevan le Stelle, de la Tosca de Puccini.
La segunda parte del programa se llena de españolerías. De la zarzuela Luisa Fernanda, escuchamos, Caballero de alto plumero, con Modesto Acosta, excelente tenor ligero, y Antonia Chabebe, soprano de hermoso timbre. Para comprar un hombre a cargo de Ondina Matos, y Eduardo Mejía, de magnífica tesitura de barítono. El dueto Cállate corazón unió a Modesto Acosta y a Dorka Quezada, gran promesa de la lírica.