Para un veterano de roles importantes durante decenios en la promoción del ron criollo, es preocupante que la bebida más tradicional de los dominicanos reciba la competencia desleal de contenidos alcohólicos fabricados clandestinamente, como el clerén y de otros tipos de embotellados sin controles sanitarios que no pagan impuestos y han causado decenas de muertes en los últimos dos años.
Newton Rodríguez, con 52 años ligado a los destilados de más relieve en el mercado nacional, considera que la calidad de los rones nacionales está reafirmada no solo por la aceptación del pueblo dominicano, sino por el creciente flujo de exportación, un viaje por el mundo que comenzó exitosamente hace muchos años.
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Un éxito de la industria licorera que expresa es haber estado todo el tiempo en los primeros lugares de la preferencia de los consumidores nacionales y porque es un empresariado que ha estado siempre al lado de la nación a través de una amplia gama de obras sociales, aplicando desde antes de que se estableciera en las conciencias empresariales el concepto de «Responsabilidad Social Corporativa».
Rodríguez resalta los grandes forjadores de la industria de las bebidas alcohólicas dominicanas: Poppy Bermúdez, George Arzeno Brugal, Osvaldo Brugal, José Cochón, Alfonso Nieto, Pedro Justo Carrión y Franklin Báez, para solo mencionar algunos de los creadores de grandes razones sociales.
Menciona a otros ejecutivos relacionados con la promoción de mercadeo respetuoso de la ley y del pago de impuestos como Checheo Rivera, Johnny Morales, Mundito Espinal, Cristóbal Cruz, Luis Concepción y Nandy Rivas, entre otros.
La publicidad contratada por los licoristas en marcos éticos en favor del consumo responsable ha auspiciado grandemente a otra gran industria: la de la comunicación y la publicidad, con muestras antológicas en la creatividad de los mensajes divulgados a nivel nacional por televisión y radio.