Competencia por la ciencia

Competencia por la ciencia

En verdad, en el mundo de hoy, alcanzar un alto reconocimiento y nivel de calidad en la investigación y aporte científico es de gran relevancia, más que por un problema de estatus internacional es por una cuestión de vital importancia para el desarrollo nacional.

Internacionalmente, se analizan dos indicadores para medir el nivel de excelencia académica: por un lado la cantidad de  trabajos científicos publicados y, por otra parte, cómo están clasificadas en un orden internacional las instituciones de carácter científico, incluyendo a las universidades. Para ello se tiene en cuenta la frecuencia con que son citados los investigadores, los artículos publicados y la cantidad de premios Nobel.

Nadie puede dudar que desde hace mucho tiempo los Estados Unidos han venido liderando el trabajo científico en el mundo con un aporte crucial al desarrollo de prácticamente todos los campos de la ciencia. La clave de esos resultados se encuentra en el importante nivel de recursos que se dedican a la investigación, en lo cual participan activamente no solo las prestigiosas universidades con que cuenta el país, sino, también, una buena parte de las corporaciones privadas como parte de su estrategia de desarrollo y nivel competitivo. Los Estados Unidos tienen 8 de las 10 mejores universidades del mundo – Gran Bretaña tiene las otras dos – y 54 de las 100 consideradas las principales a nivel mundial – Gran Bretaña posee 11. Aunque la ciencia estadounidense se destaca prácticamente en todas las ramas sus campos líderes son la medicina, la bioquímica, la genética y la biología molecular. Japón, a pesar de sus niveles de competitividad, ha perdido fuerza en la investigación científica.

Sin embargo, ese escenario esta cambiando aceleradamente. El papel que vienen jugando los países del BRIC – Brasil, Rusia, India y China – en la producción científica propia ya incide en el mapa científico universal, según mostraba recientemente un trabajo de la BBC. China ocupa ya el segundo lugar en el mundo y de acuerdo con la Academia de Ciencias  Británicas estaría superando a los Estados Unidos tan pronto como en el 2013. El nivel de las ciencias chinas avanza a una dinámica espectacular. Está ocupando el segundo lugar en número de publicaciones. Sus campos científicos más destacados son la química, la física, ingeniería y ciencia de materiales, destacándose crecientemente en biología molecular y la nanociencia.

Rusia, otrora con grandes aportes científicos en la era soviética había estado perdiendo relevancia, entre otros factores, por la “fuga de cerebros”, está renovando sus esfuerzos para retomar su rol en las dos ramas en que siempre más se destacó: física y ciencia espacial. Por su parte la India, también afectada por la emigración de científicos y que una vez parecía daría saltos más ambiciosos, aporta ahora un 3% de la producción científica mundial pero incrementa notablemente sus programas de investigación. En nuestro continente Brasil avanza aceleradamente en ciencias agrícolas y biológicas, además de la producción de biocombustibles.

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