Uno de los principios básicos de los acuerdos de libre comercio es que los suscribientes se otorgan de manera recíproca el trato de nación más favorecida. Desde luego, es una reciprocidad relativa, pues siempre tendrá más ventajas comparativas quien tenga mejores condiciones tecnológicas y económicas. El secreto está en adecuarse a los términos del tratado para aprovechar al máximo las ventajas comparativas. El DR-CAFTA está basado en estas premisas y todos sus compromisarios tienen las mismas ventajas y restricciones.

Los productores dominicanos sabían de la vigencia de estas pautas y tanto durante como después de las negociaciones del DR-CAFTA, se involucraron en el tema de la competitividad como clave para sacar del intercambio comercial el mejor provecho posible. Muchos productores han sido exitosos, por cuenta propia o como eslabones de clústers. Otros se quedaron rezagados, y aunque el Estado accionó para mejorar la competitividad, no hicieron lo debido.

Ahora, con la desgravación arancelaria de renglones agropecuarios a la vuelta de la esquina, hay quienes piden una revisión del DR-CAFTA para postergar el desmonte. Eso sería poner en suspenso las ventajas recíprocas o algo peor. No queda otro camino que competir con innovación, valor agregado y diversificación, sin pensar jamás en una riesgosa marcha atrás.

A determinar culpas y castigar

La Policía afirma que tiene identificados a los individuos que dispararon en las protestas violentas ocurridas en Navarrete, San Francisco de Macorís y Santiago, que dejaron un balance de cuatro personas muertas. Nos regocija este anuncio porque es un paso de avance en la investigación de las circunstancias en que se produjeron las muertes. Hay implicaciones muy serias en estos sucesos, pues se utilizaron armas de manufactura casera capaces de disparar cápsulas de fusil M-16.
Los investigadores deben ser precisos en la investigación, para tener la certeza de que señalarán a quienes las evidencias sindiquen como autores de disparos. No debe pasar como otras veces, en que han quedado impunes muertes provocadas en circunstancias semejantes. Hay que perseguir con tenacidad a los gatillos alegres de las manifestaciones, sean civiles, policías o militares. Ningún desmán debe quedar impune.