EFE. Reportajes. Hoy los complementos muestran su faceta más descarada. Inagotables versiones, en materiales nobles y colores divertidos, se encargan de avivar y renovar el estilismo.
Esta temporada irrumpen con fuerza las estolas y los cuellos de piel, vistosos complementos que además de suministrar calor en los días más fríos, envuelven a la mujer en una buena dosis de glamour, el mismo que arropaba a las divas de Hollywood.
Los zapatos se presentan ataviados con cordones, hebillas metálicas, borlas y flecos. Con plataforma, tacón fino o a ras de suelo, los modelos de corte masculino tipo Oxford están de máxima actualidad.
Las versiones más felinas llegan con los print de leopardo, cebra y pitón, que se instalan en botas altas y también en zapatos bajos. Aunque las botas altas llevan en la ciudad varias temporadas, este año dejan su huella en casi todos los estilismos. Cómodas de día y de noche, suman junto a diseños inspirados en los sesenta y combinadas con las faldas retro de los años cuarenta, así como las prendas con reminiscencias militares.
Los diseñadores más osados han recurrido al glitter, la purpurina y la brillantina con un baño de oro, plata o bronce, para crear botines de tacón aptos para las más roqueras, las que queman las pistas de baile.
No se puede pasar por alto el uso de las gafas, complemento que redondea el estilismo y vela por nuestra mirada, y que esta temporada se presentan a modo de círculos perfectos de pasta bañados en negro o con una pátina de caramelo.
También resultan muy favorecedores los modelos vintage, de grandes medidas que se ocupan de cubrir la mitad del rostro. Tampoco los bolsos que, colgados al hombro a modo de bandolera o con cadenas, los se presentan en tamaño maxi para guardar todos los gadgets.
En la mano. Para las grandes ocasiones y las noches de gala, los bolsos joya, llamados clutches, se han convertido en una especie de objeto de deseo y tienen la fuerza suficiente para imprimir glamour. Los diseños más clásicos se mezclan con los vanguardistas.