DR. RAFAEL BELLO DÍAZ
Los regímenes dietéticos basados en eliminar los carbohidratos o azúcares tienen numerosos riesgos. La revista científica  The Lancet añade uno nuevo: la llamada dieta Atkins puede causar una complicación sanguínea propia de los diabéticos.

Las dietas pobres en hidratos de carbono, como pasta, arroz, pan… para el control del peso, están lejos de ser  sanas, dada su asociación con la cetósis, el estreñimiento o diarrea, halitósis o mal aliento, cefaleas y fatiga general, por mencionar unos cuantos efectos secundarios.

Estos regímenes también aumentan la carga de proteínas en los riñones y alteran el equilibrio de ácidos del organismo, lo que puede resultar en una pérdida de minerales, comprometiendo la integridad del hueso.

Pacientes obesos que se quejaban de dificultad para respirar se reportaron, los pacientes llevaban un mes siguiendo estrictamente la dieta Atkins: comían carne, queso y ensaladas, además de los suplementos vitamínicos.

Habían conseguido perder muchas libras, pero desde hacía días, sentían náuseas y habían vomitado varias veces al día.

Tras una serie de pruebas, el diagnóstico fue de cetoacidósis, un trastorno que se produce cuando los líquidos del organismo se vuelven demasiado ácidos debido a la acumulación de cetonas, que son un tipo de ácidos que se producen cuando se metabolizan las grasas.

Este problema suele deberse clásicamente  a la diabetes tipo 1, a la inanición o al alcoholismo. El estudio llegó a la conclusión de que la responsable era la dieta Atkins. Como con esta dieta se queman grasas pero no azúcares o carbohidratos, el organismo produce más cetona y aumentan sus concentraciones en la sangre y en la orina. La cetona es uno de los responsables de que con la dieta Atkins se consiga adelgazar, pues es anorexígena, o sea, que disminuye el apetito.

Los pacientes había cumplido religiosamente con una de las prescripciones de este régimen: controlar los niveles de cetona mediante tiras de orina. Según la Atkins, tener la cetona elevada en la orina indica que se está cumpliendo adecuadamente con la dieta. Los pacientes tenían una cetósis o aumento de cetona en sangre subyacente, ocasionada por la dieta Atkins y desarrollaron una cetoacidósis grave, posiblemente cuando su alimentación se vio comprometida por una pancreatitis leve o una gastroenteritis.

Según la investigación de The Lancet, hasta el momento no se había visto este problema en personas que hacen la dieta Atkins, pero creen que este problema puede convertirse en algo más reconocido, porque esta dieta se está haciendo cada vez más popular en todo el mundo. La dieta Atkins puede resultar atractiva para las personas obesas y con sobrepeso, porque presume no ser peligrosa para la salud y, algo importante, de una rápida pérdida de peso sin pasar hambre en la etapa inicial y más restrictiva de la dieta. Sin embargo, como médicos, nuestro criterio más importante debería ser una seguridad indiscutible, y actualmente las dietas bajas en carbohidratos no alcanzan este punto.