Complicidad en la frontera

Complicidad en la frontera

La producción y trasiego de carbón vegetal en la frontera, que reseñó ayer en primera plana el colega matutino Listín Diario, es un negocio que solo puede prosperar con la complicidad de las autoridades. No hay manera de creer que todo este proceso, que va desde la tala de árboles hasta el transporte de grandes cantidades de sacos de carbón, pueda pasar desapercibido por quienes tienen el deber de impedirlo.

Hace poco, tres haitianos fueron asesinados a tiros e incinerados en los mismos hornos en que producían carbón. No se puede dudar que para poder colarse por la frontera y dedicarse a esta tarea  esos hombres hayan pagado peaje a gente que en el menos grave de los casos se haría de la vista gorda, y en el peor les ayudaría de alguna manera.

En Los Haitises, un área protegida, fueron arrestados varios haitianos que se dedicaban a talar árboles. O nadie vigila ese ecosistema, o ahí también habría funcionado en principio la complicidad. Haití ha perdido una proporción escandalosa de sus bosques por la tala descontrolada de árboles. Los haitianos vienen a territorio dominicano a practicar el mismo exterminio forestal y si continúan el descuido y las complicidades, dentro de poco tendremos mucho que lamentar. Hay que detener estas prácticas y sancionar a todo el que participe o las facilite.

Loyola: símbolo de  excelencia

El Instituto Politécnico Loyola celebró el sábado el aniversario 57 de su fundación, reafirmando con una graduación el prestigio académico que le ha adornado en todo momento. Su instalación en el país se debe a una iniciativa del padre Luis Gonzales   Posada, que a la sazón era superior en el país de la  Compañía de Jesús. Su propuesta para instalar aquí esta unidad académica tuvo buena acogida y he ahí la magnífica obra.

La excelencia académica es lo que hace que todo egresado del Instituto Politécnico Loyola lleve consigo la carta de recomendación de una sólida preparación. Los técnicos preparados allí generalmente escalan con rapidez posiciones de relevancia en los lugares donde se les contrata. El Loyola es una obra que ha dado muchos frutos en el tiempo que tiene de establecida y que, sin duda, continuará haciendo  aportes a la sociedad dominicana. Nuestras congratulaciones y reconocimiento para quienes sostienen este símbolo de excelencia.

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