Complicidades

Complicidades

Que miembros de la Dirección de Control de Drogas participen en el tráfico de estupefacientes y en proteger narcotraficantes, no es extraño ni es nuevo.

Que jóvenes deportistas obtengan actas de nacimiento falsificadas que consignen edades menores que las reales, no es extraño ni es nuevo. 

Que personas ejerzan la medicina en especialidades para las cuales no recibieron el entrenamiento, no es extraño ni es nuevo.

Que fiscales se presten a formular acusaciones temerarias y falsas para que encarcelen personas que luego serán declaradas inocentes, no es extraño ni es nuevo.

Que jueces acepten actas de allanamientos reformadas para que se consignen cantidades menores de drogas incautadas, a fin de que los acusados sean sentenciados a penas inferiores, no es extraño ni es nuevo.

Que el hijo de una familia con influencia política o militar arrolle una persona y lo envíen al extranjero para que no pague por su delito, con la anuencia de las autoridades que deben perseguir ese crimen, no es extraño ni es nuevo.

Que policías y militares participen en actos delictivos de cualquier género pensando que su investidura los pone fuera de la ley, no es extraño ni es nuevo.

Que estudiantes compren los exámenes de las pruebas nacionales vendidos por funcionarios o empleados de la Secretaría de Educación, no es extraño ni es nuevo.

Que no se cumpla el calendario escolar anual y, sin embargo, los alumnos sean promovidos al grado superior, no es extraño ni es nuevo.

Que personas investidas de autoridad violen las señales de tránsito e irrespeten las luces rojas de los semáforos, no es extraño ni es nuevo.

Que se vendan libremente productos que llaman medicamentos sin que haya seguridad de que lo son, sin que un laboratorio oficial los certifique o que se sabe son falsificados, no es extraño ni es nuevo.

Que se alteren las balanzas y se coloquen alimentos dañados y pasados de tiempo en colmados y supermercados, no es extraño ni es nuevo. 

Que comerciantes vendan como productos lácteos agua sucia y polvos extraños sin que haya sanción, no es extraño ni es nuevo.

Que funcionarios negocien prevalidos de sus puestos, no es extraño ni es nuevo.

Los talentos, habilidades y destrezas se emplean para el mal y no hay autoridad superior que aplique la ley para corregir los entuertos.

Los gobiernos carecen de hombres y mujeres dignos.

Faltan autoridades que ejerzan sus funciones dentro de la escala moral, el respeto a la Constitución y las leyes.

Las instituciones sirven cuando las dirigen personas de probidad acrisolada.

Hay que reclamar que se gobierne sin las complicidades actuales. 

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