En los Estados Unidos ha surgido una tendencia política que ve un complot tras cualquier actuación o maniobra. Para algunos se está preparando una guerra civil y para otros un golpe de Estado. Antes no era así, pero las confabulaciones han tenido más vigencia desde el asesinato del presidente Kennedy.
Trujillo ordenó la muerte fuera de su país de por lo menos cinco opositores. En 1945, al terminar la Segunda Guerra Mundial el embajador dominicano ante la Casa Blanca, don Emilio García Godoy, envió con una carta al presidente Roosevelt una damajuana (ahora le dicen vulgarmente mamajuana) de ron dominicano.
Como cuestión rutinaria la damajuana fue enviada para fines de análisis a la división farmacológica de la Administración de Alimentos y Drogas de la Agencia Federal de Seguridad. Allí el ron fue dado a probar a cuatro ratas y otras cuatro fueron alimentadas con alcohol puro tomando en cuenta que este actúa como veneno en los animales. Al final de doce horas una de las ratas que había tomado ron dominicano y las cuatro que tomaron el alcohol puro estaban vivas.
Después de 24 horas las otras tres ratas que habían bebido el ron también habían muerto, como también le había sucedido a una de las ratas que ingirió alcohol puro.
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El reporte del jefe de la división de alimentos explicó: “Debido a los resultados ambiguos, se obtuvo de la Administración Federal de Alcohol un ron fuerte de una marca ya conocida y se inició un nuevo experimento, supliendo a diez ratas el ron de la Administración Federal de Alcohol y a otras diez el ron dominicano”.
Al cabo de 24 horas todas las ratas del primer grupo estaban aún vivas y solamente una del grupo del ron dominicano había muerto. Al cabo de 24 horas adicionales la situación en ambos grupos estuvo invariable. El jefe de la División de Alimentos explicó: “El olor del ron dominicano era normal y sugería que no era tan fuerte como podía indicar su color oscuro. El ron no fue probado por nuestro personal”. Se consumieron solo cuatro onzas en el experimento y el volumen restante fue devuelto a la Casa Blanca.
El jefe de la división concluía: “No creemos que puedan extraerse conclusiones confiables de estas pruebas, ni en un sentido u otro”.
Al yo publicar en 1982 esa correspondencia, como parte de un libro sobre los Estados Unidos y Trujillo en 1945, al no existir un ambiente político lleno de complots como hoy en día lo único que hice fue colocar un asterisco al pie de página para añadir una Nota del Editor: “A los dos días de devuelto el ron a la Casa Blanca murió Roosevelt en Warm Springs, Georgia”. Si hubiese publicado ese documento por primera vez tan solo hoy día, ¿me hubiese atrevido a sugerir que “El Benefactor” quiso envenenar a Roosevelt, en vez de felicitarlo por la victoria de los aliados?.
Desde que entramos en la época de los complots políticos cada vez que en una de nuestras zonas turísticas veo una mamajuana en venta pienso… en ratones.