Desde hace más de cuatro meses y en algunos casos hace más de 5 años se encuentran archivados o paralizados en la Cámara de Diputados varios contratos de compra de propiedades al Estado dominicano, porque su presidente, que es la autoridad para convocar las comisiones respectivas de diputados que deberán analizar los mismos y posterior aprobación a fin de que sus adquirientes puedan gestionar sus títulos de propiedad, solicitar préstamos o sembrar predios para la producción nacional e ingresen los impuestos de las exportaciones o la construcción de casas para los pobres, actos todos estos que permitirán ingresos al Estado o divisas para el Banco Central o la promulgación de leyes que hace tiempo se necesitan poner en vigencia, pero por negligencia o falta de interés de la autoridad competente, existe esta inacción o paralización del desarrollo social y económico de República Dominicana. ¿Por qué esta actitud? Tal vez sea otra de las burlas a que nos tiene acostumbrados esa Cámara legislativa, donde solamente parece que trabajan los representantes del PRD, PRSC y los hombres de Vincho Castillo. Pero esto no es solamente una burla continua, también sucede peor si los solicitantes piden ser recibidos por el presidente de los diputados, pues jamás reciben contestación los peticionarios, salvo que sea para informarle que han constituido un comité de base en respaldo de sus aspiraciones políticas. Por eso lo ideal sería que se realice un referéndum con el propósito de eliminar esa Cámara, por inoperante y falta de responsabilidad.

Es verdad que la Cámara de Diputados posee una oficina de recepción bien organizada con un personal bien entrenado y cortes, pero estos no pueden resolver nada, por tanto es como si no existiera. Es por este tipo de actitud de los dirigentes de la Cámara en cuestión, que ocasionalmente escuchamos del pueblo dominicano la expresión: “Aquí lo que se necesita es un nuevo Trujillo para que nos respeten e implante el orden.” Tal vez algún día a estos señores les canten el réquiem.