Compras compulsivas

Compras compulsivas

Cuando de comprador compulsivo de trata es necesario hacer diferencias con “el comprador normal”. Este último siente placer por haber conseguido el objeto que tanto deseaba y tiene control de su dinero, mientras que el compulsivo siente placer en el momento de efectuar sus compras por el simple hecho de comprar.

Compra irracionalmente con el objeto de calmar la ansiedad que le produce pensar en la compra.

Cualquier persona puede desarrollar este tipo de problemas, pero existe gente que es más propensa.

El perfil típico del comprador compulsivo es una mujer en la década de los treinta que poco a poco ha podido ir desarrollando este hábito; que se impresiona con facilidad ante la novedad, con baja autoestima; fácilmente manipulable, con problemas de soledad y poco autocontrol.

También se ha podido comprobar que se da con más frecuencia en personas que se encuentran en estado eufórico, en personas depresivas, hipomaniacas o con elevados niveles de ansiedad.

Lo de menos es lo que compren, muchas veces son cosas inútiles que seguramente no vayan a utilizar nunca pero que tras esa necesidad obsesiva se convierte en algo incontrolable.

Los artículos que compran con más frecuencia son complementos, zapatos, productos de belleza, joyas, aparatos electrónicos, piezas de arte, fascículos de colección, etc.

El problema aparece cuando se hacen compras de las que se arrepienten, cuando se gasta por encima de sus posibilidades o cuando cuesta contenerse y dominarse.

Esto no quiere decir que disfrutar de un día de compras de vez en cuando esté mal hecho.

Al contrario, en muchos casos ayuda a evadirse y olvidar problemas.

Claro que pasar de esto a convertirse en adicto a las compras dista sólo de un paso.

Según un estudio de la dependencia referida, el consumidor medio acaba gastando entre un 20% y un 35% más de lo que había previsto antes de entrar a comprar en unos grandes almacenes.

Por otro lado, el comprador patológico supone un 3% de la población.

El dato

Para llenar un vacío

Más de las veces se compra para llenar algún vacío, clamar frustraciones, olvidar disgustos y compensar llevar una vida sin satisfacciones. Además, hoy día ir de compras se está empezando a considerar una actividad de ocio más que una necesidad.  Muchas personas encuentran en «ir de compras» su refugio y a él acuden cuando se sienten mal.

Recomendaciones

Antes de salir de casa, haga una lista únicamente de lo que necesita, poniendo un límite de dinero y no sobrepasarlo, llevar una calculadora e ir haciendo las cuentas sobre la marcha.

Evite comprar cuando se esté triste o eufórico; acuda a los centros comerciales cuando realmente sea indispensable y buscar directamente el objeto deseado y compre en una tienda cerca de su casa.

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