La directora ejecutiva del Fondo para el Financiamiento de la Microempresa (Fondomicro), Marina Ortiz, consideró que las compras gubernamentales han tenido un impacto significativo en la formalización de las empresas, ya que anteriormente cerca del 2% de las microempresas era formal y ahora el porcentaje supera el 10%.
En cuanto a las pymes, dijo que anteriormente las empresas formalizadas era cerca del 70% y actualmente 97% es formal.
“Ha habido un aumento significativo de la formalización de las empresas en búsqueda de ser por un lado suplidor del Estado y, por otro lado, de la obligación interna de transparentar sus informaciones para las autoridades impositivas”, manifestó.
Expresó que un estudio que hizo el economista Jaime Aristy Escuder reveló que más del 51% de los negocios son de mujeres, lo que significa que la mujer es la principal propietaria de los negocios.
Recordó que estudios de Fondomicro durante 20 años han evidenciado el impacto positivo que tiene el negocio de las mujeres en la mejora de la calidad de vida de ella y de los miembros de la familia. Esto incrementa no solo, dijo, la posibilidad de los niños de ir a la escuela, sino la mejora en la educación.
El incremento de las mujeres suplidoras del Estado no es solo positivo para el fortalecimiento de la mujer, sino para el fortalecimiento de la sociedad y el empoderamiento de la mujer como un ente productivo, porque las compras gubernamentales le han permitido darle fortaleza al negocio dentro de la casa.
Las actividades que más proveen las mujeres, dijo, están vinculadas con el entorno doméstico como comida, catering, modista y salón de belleza.
Expresó que uno de los obstáculos de las compras gubernamentales es el retraso en los pagos, lo que obliga a acudir donde el prestamista o buscar un préstamo con un banco, lo que implica una presión financiera muy fuerte para los negocios.
El Estado debe entender que el esfuerzo de darle el 20% de las compras a las mipymes debe ir aunado a un compromiso de pago a tiempo, debido a que las empresas nacen y permanecen subcapitalizadas.
Consideró que las mipymes son empresas regularmente poco capitalizadas, con una estructura desorganizada y escasa gestión empresarial y administrativa.
Planteó que las estructuras administrativas de las microempresas son tan débiles que muchas no puedan ofertar el volumen que se requiere.