Compras navideñas online:
una fascinación postmoderna

Compras navideñas online:<br/>una fascinación postmoderna

DIONISIO DE JESÚS
Confieso que soy un adicto a comprar en “abájate boutique”. Me encanta regatear. Me gusta ver el revoltijo de mercancías por todas partes, por eso, es un ritual ir a esos lugares, incluido el mercado de pulgas, los alrededores del Centro de los Héroes, la San Martín, los mercados de la Duarte y la Mella, entre otros. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, he sido preso de la fiebre de las compras en líneas, on line, como mejor dicen, los fiebruses. Todo gracias a mi hijo menor, Stevens, quien ha desarrollado un sin número de habilidades para estas actividades, propias de la era digital, entre las que están, comprar allá y revender acá, con unos márgenes envidiables de beneficios.

El caso es, que influenciado por el snobismo de una generación que todo lo valora a través del uso del ratón de la computadora, me he metido “a fiebrú” del Internet y aquí me tienen, hurgando en los especiales que diariamente nos seducen y nos hacen meter en unos líos dolarizados, donde la clase media y alta de nuestro país descarga sus motivos “made in USA” y compra más que por necesidad, para echarle vainas a los que no tienen la dicha o la desdicha de pronunciar: “lo pedí por Amazon, JCPenny, Macy’s o e-Bay”, por solo mencionar estos sitios de la red.

Al recibir un e-mail, no se sorprenda con ofertas que le pueden hacer desde los sitios y páginas más disímiles; y es que, también los comerciantes tradicionales del país como las grandes superficies de tiendas, La Sirena, Grupo CCN, Ferretería Americana, Super Mercados Bravo, los Jumbo, han incursionado en las ventas on line, por lo menos, tienen una página, porque permite explorar un cliente potencial y real que, no necesariamente, es el mismo que les visita físicamente, y que tiene unos gustos y necesidades muy de avanzada.

Lo otro es que hay puntos de ventas en la red que día a día les hacen llegar ofertas de productos que, difícilmente, usted los adquiera de manera cotidiana en las tiendas, sino que más bien, son rarezas y exclusividades muy selectas. Es el caso de las tiendas virtuales que funcionan como cadenas en muchos países.

Desde los años 90 a esta parte, en la Unión Americana, las ventas online han crecido vertiginosamente, siendo los equipos de altas tecnologías, computadoras, autos, las compras de los supermercados, los de mayor demanda. Y es que les permite a los consumidores cubrirse de la creciente violencia que se respira en  las ciudades de nuestros países, ayudándoles a planificar bien las decisiones de compra, porque se tiene todo el tiempo para optar por tal o cuales productos y/o servicios. Aunque el ritual de ir de compras con la familia nunca se pueda sustituir por la fría decisión que se pueda tomar frente a un ordenador.

Prácticamente, se puede comprar todo a través de la red, desde mascotas domésticas, medicinas en farmacia en red, que es la moda ahora, comestibles, servicios bancarios, alta tecnología, equipos de audio y videos, consolas de juegos, y mucho más. Solamente, Wal-Mart, la más grande cadena minorista de mundo, tuvo que entrar a vender en línea porque Amazon hacía tiempo que le estaba “comiendo los caramelos” a todos, incluyendo a grandes empresas de tecnología y del sector automovilístico como Ford, GMC, Toyota, entre otras. Ese es el poder de la red hoy día, donde los consumidores se ven seducidos por la ofertas, así como por la apuesta postmoderna de ejercer la fascinación de comprar vía el ordenador y tener todo en casa, en tiempo casi real, con los mejores estándares de calidad y precios competitivos.

Esta Navidad de 2006 se estima que se venderán alrededor de 26,000 millones a través de la red contra los 21,000 millones del 2005, con un incremento de 22%, solo en los Estados Unidos, empezando la fiesta del comercio on line, en el llamado jueves negro que sigue luego del Día de Acción de Gracias. Tanto en Europa, como Asia y América Latina, el comercio electrónico es una realidad y las proyecciones son que, para el 2020, el 45% de todo lo que se venda se hará a través de la red.

La Navidad dominicana es especial, la fascinación de la avenida Duarte, nunca desaparecerá, ir por El Conde o subir por la calle Del Sol. Es un ritual casi mágico y el creciente empuje de las plazas y grandes superficies comerciales, nunca dejarán de ser una oportunidad para los que aman mirar y tocar las mercancías.

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