Doctor Nelson Rodríguez, sub.-secretario de Salud. durante una rueda de prensa al recibido el informe de los resultados de los análisis realizados a la leche consumida el 25 de febrero por los niños de la escuela básica, en ARS-Semma de Santo Domingo Republica Dominicana. 9 de marzo de 2010. Foto Pedro Sosa
Los sucesivos escándalos de corrupción destapados por los esfuerzos investigativos de periodistas como Alicia Ortega, Nuria Piera, Marino Zapete, entre otros, ofrecían indicios suficientes para que las autoridades gubernamentales competentes hubieran abierto investigaciones. Sin embargo, la respuesta fue la indiferencia, complacencia, complicidad por omisión o participación, la actitud del dejar hacer y dejar pasar.
Esto lleva a pensar que esta situación ha formado parte de un sistema institucionalizado de acumulación originaria que crea las bases del sustento financiero a futuras pretensiones político-electorales continuistas o para impulsar candidaturas partidarias “convenientes”.
Desde luego, existe gente que entiende que se le ha dado la oportunidad para “hacerse rico”, y obran por cuenta propia, y que si no lo hace es un pendejo.
Todo lo anterior hizo que la población reprochara tales actitudes, pues la repetición exponencial de tal conducta y la ostentación de bienes lujosos los cuales eran estrujados en la cara de los ciudadanos de manera burlesca, con prepotencia y arrogancia, llegando al hartazgo.
Y, con inteligencia, la oposición se montó sobre la ola asumiéndolo como tema principal de campaña electoral: “cero tolerancia a la corrupción e impunidad”.
Las autoridades entrantes saben que el mundo y el país cambiaron, que ya no pueden venir con el “borrón y cuenta nueva”, que tienen, sin hacer una “cacería de brujas”, que investigar muchas de las denuncias y si encuentran méritos o evidencias de irregularidades punibles pues procesarlos en la justicia.
En aras de buscar la transparencia han anunciado el pasar a ciertos organismos internacionales los procesos de compras de algunas instituciones gubernamentales, es decir, delegando parte de las competencias que les da la Constitución como administradores del Estado.
A nivel de marco jurídico, normas y procedimientos, la existencia formal de organismos supervisores, el país ha avanzado bastante.Donde hemos fallado es en la ejecución tomando como base todas esas herramientas legales que poseemos. Entonces, el delegar no contribuye al fortalecimiento institucional.
No se vayan por “lo más fácil”, asuman su responsabilidad, pongan a funcionar de manera independiente todos esos organismos y órganos de supervisión y monitoreo para que todo se haga correctamente.
Tienen la ley 340-06 y su reglamento, la cual debe mejorarse y así lo he oído del Lcdo. Carlos Pimentel, próximo Director de Compra y Contrataciones; tienen la Contraloría con expresiones desconcentradas en cada institución que administra recursos públicos como control interno; tienen comité de compras en cada institución presidido por el titular; los Comités de Veedurías; Comité de Ética Gubernamental; por último la Cámara de Cuenta como control externo.
Es decir, se cuenta con una estructura organizativa y funcional, que solo hay que ponerla a que realicen su parte con rigor y eficiencia, evitando que se “apandillen para buscar beneficios corporativos, en vez de optimizar el uso de los recursos para alcanzar las metas y objetivos propuesto y que redunde en mejorar la calidad de vida de la gente.
Presidente Abinader, en su primera reunión del Gabinete Ampliado, donde estén todos los funcionarios de primer nivel, que manejan fondos públicos, me atrevo a sugerirle que les lea las palabras de Bosch: “El presidente de la República no tiene amigos, ni enemigos, ni arientes, ni parientes; la ley protege a todo los dominicanos pero la ley también le cae encima a todos los dominicanos que la viole”.
Agrego yo: “ustedes desde hoy han dejado de ser mis compañeros de partido, son funcionarios en los cuales he depositado la confianza de que me acompañen a la difícil tarea de dirigir y administrar el país de la manera más eficiente, eficaz y efectiva, con total pulcritud y transparencia en el manejo de los fondos, y que al final de nuestro mandato hayamos contribuido a mejorar la calidad de vida de manera integral del pueblo dominicano”.
“El meter la pata conlleva corrección, el meter la mano implicación moral y penal”.