Comprometiendo a los gigantes económicos de Asia

Comprometiendo a los gigantes económicos de Asia

Primero, lo más fácil. John Snow, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, empezó su gira asiática por Tokio, donde elogió la recuperación económica de Japón e instó a la eurozona a seguir su ejemplo. La parte dura empezará con su arribo a Pekín. El señor Snow tiene que persuadir a China que haga más para enfrentar los desbalances económicos globales, Su credibilidad persona está en primer línea.

No tiene nada de malo que el señor Snow atraiga la atención hacia Japón. El año pasado, el excedente de la cuenta corriente de Japón fue de US$172 millardos: 2.5 veces el de China. Su vuelco económico pudiera ser menos espectacular de lo que sugieren algunos, pero es importante. El fondo Monetario Internacional pronostica que su excedente caerá a US$153 millardos este año, y a US$141 el próximo.

Donde el señor Snow yerra es al establecer una conexión demasiado simplista entre el renacimiento de la economía y las reformas estructurales. Junichiro Koizumi, el primer ministro japonés, demostró que Japón puede cambiar, y su designado Heizo Takenaka limpió los bancos. Pero la recuperación siempre se esperaba, una vez que Japón dejara de seguir una política monetaria perversa y las compañías tuvieran tiempo para reparar sus hojas de balance.

Japón, por tanto, no un modelo perfecto para la eurozona. Ni tampoco su renacimiento económico puede -con todo lo bien recibido que sea- ser sustituto de las acciones chinas sobre los desbalances. El excedente de Japón es elevado, pero está decayendo lentamente. El excedente de china está en una explosión ascendente, de US$17 millardos en 2001, a US$69 millardos el año pasado, y se estima que este año será de US$116 millardos.

Además, Japón, un país rico que envejece, debería tener un excedente, mientras que China, un país pobre, relativamente joven, debería tener un déficit, al menos igual al influjo anual de inversión extranjera directa, US$61 millardos el año pasado. China pudiera permitir que su excedente de la cuenta corriente cayera en US$177 millardos: mucho más de lo que podría hacerlo Japón.

El riesgo es que el inflado excedente del comercio bilateral China-EEUU generará una reacción proteccionista incontenible en Washington. El señor Snow se merece el crédito por ayudar a conseguir la revaluación del renminbi el 21 de julio, que compró tiempo con el Congreso. Sin embargo, desde el movimiento inicial de 2.1%, la moneda china se ha apreciado 0.6% frente al dólar.

Cuando China publique las cifras de la acumulación de reservas en los meses de agosto y septiembre, es muy probable que tengan señales de una continua y masiva intervención monetaria. Esto va a irritar a los halcones anti-China del Congreso.

La apacible diplomacia del señor Snow no ha fracasado exactamente. Probablemente China intenta ir más lejos dentro de un par de años. Y la tasa cambiaria no es todo. La mayor contribución de china a los desbalances globales pudiera venir de la reforma estructural por ella misma para hacer bajar su asombrosamente elevada tasa de ahorros.

Pero una Casa Blanca débil no será capaz de resistir las presiones del Congreso eternamente. El banco central entiende esto, pero los líderes políticos chinos parece que no. El señor Snow tiene que hablarles claro: el tiempo se está acabando.

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION

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