Compromiso del gobierno con la salud está de vacaciones

Compromiso del gobierno con la salud está de vacaciones

Glenn Davis

En relación a la pandemia, el Gobierno actual solo reacciona con medidas paliativas cuando el sistema sanitario se congestiona. Basta con recordar que, hacia finales del año pasado, el presidente Luis Abinader dio entrevistas a medios internacionales diciendo que la crisis por covid-19 estaba bajo control.

Solo días después vino el desbordamiento de salas de emergencia y Unidades de Cuidados Intensivos. Con todo, las medidas fueron flexibles durante las navidades.

El costo se pagó luego en vidas, mayor demanda de servicio del personal médico y endurecimiento de las medidas sanitarias.

La situación se agravó tan pronto el Gobierno centró su estrategia de abordaje en la vacunación. Dejó de lado la prudencia y:

• Abrió todas las instituciones públicas con el cien por ciento de la nómina.

• Inició la desarticulación de los programas de protección social como Quédate En Casa y FASE.

• Eliminó la supervisión del cumplimiento de protocolos de seguridad en el transporte público urbano e interurbano.

• Permitió la apertura de centros de bebidas, restaurantes y otros espacios de entretenimiento con nada de supervisión de los protocolos.

En fin, se cambió la campaña educativa en prevención del contagio por la publicidad de recuperación económica y apertura completa del país.

De hecho, salvo en el sistema educativo, la percepción social es que el Covid-19 dejó de suponer una amenaza para la población. Dicho de otro modo: ya terminó la pandemia.

En medio de la Semana Santa todas las autoridades sanitarias del país que son independientes recomendaron el comedimiento y la prudencia. En cambio, el gobierno tomó pocas medidas para la protección.

Amparándose en el hecho de que la positividad está a penas por encima del 10%, se relaja la priorización de la protección sanitaria de la ciudadanía.

Se trata de una actitud irresponsable de parte del gobierno. Y ya empieza a mostrar ligeros síntomas de costo en salud con la leve subida en la tasa de ocupación de las camas registrada desde los primeros días de la Semana Santa.

Y tomando en cuenta que el sistema sanitario dominicano tiene fuertes debilidades, lo indicado sería verse en el espejo de países como Chile o Uruguay. El primero, tiene el mayor avance de la región en la aplicación de vacunas, y acaba de poner en cuarentena unos 16 millones de ciudadanos, superó el millón de contagios y cerró sus fronteras. El otro pasó de ser un ejemplo en la gestión de la pandemia a encontrarse en condiciones de crisis.

Y en el caso de Estados Unidos, a pesar de que tiene un programa de vacunación con las principales empresas farmacéuticas, atraviesa por un repunte en la tasa de contagio. Da igual que no haya carencia de vacunas como en el caso de República Dominicana.

Las autoridades estadounidenses manifiestan temor e impotencia. Ya se habla de un recrudecimiento en la letalidad del Covid.

La OMS lleva semanas recomendando conservar las medidas de seguridad a pesar de las vacunas. Considera que el distanciamiento, las mascarillas y la higiene protegen mucho más que la medicación. Y Chile es un ejemplo en este sentido.

Sin embargo, el compromiso del gobierno se encuentra en las playas del país. La responsabilidad desde la administración pública tomó temprano sus vacaciones. Y queda en manos de la ciudadanía protegerse y cuidar de los suyos.

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